Publicado 23/03/2021 05:48

Líbano/Siria.- Amnistía denuncia torturas contra refugiados sirios detenidos "arbitrariamente" en Líbano

13 March 2021, Lebanon, Aarsal: Syrian refugee boys play at the Barra refugee camp in the Lebanese town of Aarsal, located north-east of capital Beirut. UNICEF said that after 10 years since the start of the Syrian conflict, war has left the lives and f
13 March 2021, Lebanon, Aarsal: Syrian refugee boys play at the Barra refugee camp in the Lebanese town of Aarsal, located north-east of capital Beirut. UNICEF said that after 10 years since the start of the Syrian conflict, war has left the lives and f - Marwan Naamani/dpa

MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

Aministía Internacional ha denunciado en un informe las presuntas torturas a las que son sometidos los refugiados sirios detenidos "arbitrariamente por cargos antiterroristas" en el Líbano, donde las fuerzas de seguridad cometen "alarmantes violaciones" contra ellos.

Según la organización, las fuerzas de seguridad libanesas utilizan algunas de las técnicas de tortura "atroces" que se utilizan en las cárceles "más notorias de Siria".

En concreto, el informe de Amnistía documenta una serie de violaciones cometidas contra 26 detenidos por el servicio de inteligencia militar libanés, principalmente. Cuatro de estos testimonios es de menores de edad, mientras que todos ellos estuvieron recluidos en Líbano por cargos de terrorismo entre 2014 y 2021.

Violaciones del derecho a un juicio justo, torturas como palizas con barras de metal, cables eléctricos y tuberías de plástico, son algunas de las violaciones.

Algunas de las personas afectadas también han denunciado que las habían colgado cabeza abajo o las habían obligado a mantener posturas en tensión durante periodos prolongados.

En 25 de estos 26 casos, las personas denunciaron haber sido torturadas durante el interrogatorio o la detención, con frecuencia en el centro de inteligencia militar de Ablah, la oficina de Seguridad General de Beirut o el Ministerio de la Defensa.

Además de las torturas, los relatos también detallan las duras condiciones en las que vivieron recluidos.

Amnistía denuncia que, desde 2011, cientos de personas refugiadas sirias están detenidas en Líbano, a menudo de forma arbitraria por cargos falsos de terrorismo o, en ocasiones, en relación con su pertenencia a grupos armados. Además, el país promulgó una ley contra la tortura en 2017, pero no se aplica sistemáticamente y las denuncias de tortura rara vez llegan a los tribunales.

Este informe ofrece "una panorámica del trato cruel, abusivo y discriminatorio que infligen las autoridades libanesas a refugiados sirios", explica la investigadora de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes, Marie Forestier.

Estas personas, en muchos casos, "han huido de la guerra, una represión despiadada y la tortura generalizada" y se encuentran "detenidas arbitrariamente y recluidas en régimen de incomunicación en Líbano, donde sufren muchos de los mismos horrores que se emplean en las prisiones sirias", detalla la investigadora.

Forestier pone de relieve que no tan solo los miembros de grupos armados responsables de abusos contra los Derechos Humanos deben rendir cuentas, sino que "la flagrante violación por las autoridades libanesas del derecho al debido proceso de las personas refugiadas sirias es una burla a la justicia", por lo que también tiene que rendir cuentas.

Hasta el momento, no ha habido investigaciones sobre ninguna de las denuncias de tortura que ha documentado Amnistía Internacional, ni siquiera en casos en los que las personas afectadas o sus abogados dijeron al juez que las habían torturado.

De hecho, en algunos casos, los agentes de seguridad pidieron el aplazamiento de las vistas judiciales, con lo que desaparecían las cicatrices de las palizas u otras formas de tortura.

Por último, a estos 26 detenidos se les negó el acceso a defensa letrada durante el interrogatorio inicial, lo que va en contra de las propias leyes de Líbano, así como el derecho y las normas internacionales. Esto menoscabó su capacidad para defenderse o impugnar su detención.

Mientras que, tras el arresto, a menudo tuvieron que esperar varias semanas para comparecer ante un juez instructor y en nueve casos, los juicios se aplazaron hasta dos años, lo que es contrario al derecho internacional.