MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno libio ha prometido que no cejará en su empeño hasta arrebatar a las fuerzas rebeldes del comandante Jalifa Haftar el control de la ciudad de Sirte para, desde ahí, recuperar los pozos petroleros del país en manos del mariscal de campo, cuya oferta de paz anunciada est sábado en El Cairo ha sido ignorada por las autoridades de Trípoli.
"No tengo tiempo para ver las tonterías que Jalifa Haftar pueda decir por televisión", sentenció a última hora de ayer el portavoz militar de las fuerzas de Trípoli, Mohamed Gununu, durante el anuncio de una nueva ofensiva, la operación Dorub al Naser (Los caminos a la victoria) para liberar a Sirte y Jufra de las fuerzas de Haftar, según recoge el 'Libya Observer'.
La intervención de Turquía en el conflicto a favor de las fuerzas del Gobierno de Trípoli, el reconocido por la comunidad internacional, ha dado un vuelco a lo que hasta hace unas semanas estaba cerca de ser una victoria de las fuerzas del mariscal Haftar, que llevaba meses asediando la capital del país.
En los últimos días, la reacción del Ejército libio gracias al apoyo de Ankara ha obligado al comandante y a sus fuerzas del Ejército Libre Sirio a batirse en retirada y a intentar negociar la paz con una oferta de desarme y una declaración unilateral de alto el fuego que, teóricamente, iba a comenzar este lunes.
Sin embargo, este domingo el ministro del Interior libio, Fathi Beshagha, ha asegurado que "Sirte regresará a manos de la nación libia bajo el paraguas de la legitimiadad" tras la ofensiva lanzada este fin de semana por las milicias afines al Gobierno de Trípoli.
"Libia", ha añadido en declaraciones recogidas por la agencia DPA, "no estaría completa sin el este del país".
Mientras tanto, el Jefe del Alto Consejo de Estado de Trípoli -- el equivalente al Senado -- Jalid Al Mishri, también ha denunciado la iniciativa y acusado a Egipto, aliado de Haftar y copresentador de la oferta, de inmiscuirse en asuntos internos.
El responsable libio acusó a Haftar de intentar forzar la paz tras sufrir "unas derrotas humillantes" y le aseguró que "se ha quedado sin el respaldo del pueblo", ahora completamente favorable a las fuerzas de Trípoli.