TRÍPOLI, 24 Sep. (Reuters) -
Halima al Miladi, una madre libia de Trípoli, quiere que su hijo de siete años se distraiga de los enfrentamientos en la ciudad, así que cuando se presentó la oportunidad de que el pequeño jugase y dibujase con otros niños en los clubes organizados por Naciones Unidas en las escuelas de la ciudad no se lo pensó.
"Animé a mi hijo a participar para alejarle de las condiciones que atraviesa el país", ha contado Al Miladi. Las escuelas se han aprovechado para otros usos durante este último año, como para refugiar a los miles de desplazados por la violencia, dejando a los niños sin un lugar a donde ir. Alrededor de 1.000 niños libios acuden a estos clubes, que se encuentran en el centro de la ciudad, zona más segura que la parte sur.
En abril, el Ejército Nacional Libio (ENL) liderado por Jalifa Haftar inició un ataque para tomar el control de Trípoli, la sede del Gobierno de unidad, reconocido por la comunidad internacional, establecido en dicha ciudad en 2016 tras un pacto político avalado por la ONU.
"A los niños les afecta lo que está pasando y a través de estas actividades intentamos integrarlos", ha dicho uno de los monitores de un club de Naciones Unidas para niños libios.
Ghada Faghi Hassan, responsable de uno de los centros, ha dicho que los profesores están realizando donaciones para apoyar a los clubes durante el verano. "Hemos prometido a los padres que cubriremos los costes del desayuno", ha añadido.
Ibrahim Fará, un especialista del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ha explicado que el programa está dirigido a más de 1.000 niños en dos localidades.
En una sesión informativa para el Consejo de Seguridad de la ONU el 4 de septiembre, el enviado especial para Libia, Ghassan Salamé, reveló que al menos 100 civiles habían muerto y más de 300 habían sido heridos, mientras que más de 120.000 personas han sido desplazados desde el comienzo del conflicto el 4 de abril.