Publicado 28/12/2020 15:52

Malí.- El Ejército de Malí asegura haber matado a seis presuntos terroristas en un enfrentamiento cerca de Burkina Faso

Soldados del Ejército de Malí
Soldados del Ejército de Malí - FUERZAS ARMADAS DE MALÍ (TWITTER @FAMA_DIRPA)

MSF alerta de que Mopti se ha convertido en la región más mortífera para los civiles

MADRID, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Ejército de Malí ha asegurado haber matado a seis presuntos terroristas durante un enfrentamiento registrado el domingo cerca de la localidad de Kerekara, ubicada en la región de Mopti (centro), una de las más afectadas por el incremento de la inseguridad durante los últimos años.

Las Fuerzas Armadas han indicado que "los terroristas hicieron una incursión" en la localidad, situada en el círculo de Koro, donde "robaron cabezas de ganado", tras lo que el Ejército lanzó una operación en los alrededores de la frontera con Burkina Faso.

"Tras combates con los asaltantes en los alrededores de la aldea de Ogodourou, las Fuerzas Armadas recuperaron las cabezas de ganado robadas", ha señalado, antes de agregar que los enfrentamientos se saldaron con la muerte de seis sospechosos.

Asimismo, ha destacado que un presunto yihadista ha muerto en otro enfrentamiento similar en la aldea de Dakadjan a raíz de otro ataque destinado al robo de ganado, mientras que otros cinco han sido detenidos en el marco de una operación conjunta con las fuerzas francesas de 'Barkhane' en Hombori.

Mopti se ha convertido en un importante foco de violencia en Malí, donde los ataques y enfrentamientos con grupos yihadistas se han venido sucediendo de forma recurrente, lo que ha provocado además un incremento de las tensiones intercomunitarias.

Estas tensiones intercomunitarias ha estado protagonizada especialmente por los peul, tradicionalmente pastores a los que se suele vincular con los grupos islamistas, y los dogon, mayoritariamente agricultores. Este hecho ha provocado continuos ataques y represalias entre ambos grupos étnicos y la creación de grupos de autodefensa para proteger a las comunidades de los rivales.

La zona central de Mali es, en estos momentos, la región más mortífera del país para la población civil. En los últimos tres años, la violencia se ha intensificado considerablemente y presenta unas cifras y un panorama alarmante de heridos, víctimas mortales y personas desplazadas forzadas a abandonar sus hogares. Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja en la región dando apoyo al sistema de salud y accediendo a poblaciones aisladas mediante un modelo de atención médica comunitaria.

En este sentido, la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha hecho hincapié en que la zona central de Malí es "la más mortífera" para la población civil, lo que ha provocado numerosas oleadas de desplazamiento huyendo de la violencia.

La organización ha detallado que entre junio y octubre ha registrado 82 ataques a aldeas, 68 incidentes de otro tipo y 21 desplazamientos masivos de población, con un total de 222 civiles muertos.

"Los criminales vinieron a nuestra aldea durante la noche y mataron a mi esposo, quemaron nuestra casa y se llevaron todo nuestro ganado", relata A., en declaraciones a la organización "Recogí lo que quedaba de nuestras posesiones y huí con mis cuatro hijos", agrega.

"Desde ese día, mi hijo más pequeño no ha dejado de llorar. Cada vez que ve a un hombre, cree que es su padre", manifiesta la mujer, quien ha encontrado refugio en una aldea a unos 40 kilómetros de la ciudad de Koro.

FALTA DE ACCESO A SERVICIOS BÁSICOS

MSF ha destacado que durante los últimos dos años los incidentes han aumentado en número y en gravedad y ha apuntado que los distintos grupos armados han aprovechado las tensiones para azuzar los enfrentamientos intercomunitarios.

Asimismo, ha recordado que más de 300.000 personas están desplazadas en el interior del país, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ha recalcado que varios grupos armados han llegado a aislar varias aldeas, dejándolas sin acceso a los servicios básicos.

Concretamente, en Mopti había 131.150 desplazados internos en octubre, una región donde viven 1,6 millones de personas. El coordinador ajunto de MSF en Malí ha explicado que hay lugares donde no hay campos para desplazados, por lo que las personas que huyen de la violencia son alojadas "en escuelas" o "acogidas por sus familias".

"Otras viven en el campo, en cuevas o simplemente deben dormir bajo las estrellas. Cuando se abrieron las escuelas, estas personas desplazadas fueron expulsadas", ha explicado. Sin embargo, la capacidad de acogida de las comunidades son limitados y en ocasiones se ven desbordadas.

"Hace tres meses, 35 desplazados llegaron a nuestra casa", explica A.O., un granjero. "Incluso antes de que llegaran ya faltaba comida. Los recién llegados hacen que esta situación sea aún más difícil, pero hacemos todo lo posible para ayudarlos. Acomodar a 30 personas más no es fácil: seis o siete duermen en la misma colchoneta, las mujeres duermen todas juntas en el mismo dormitorio. Cuando llueve, muchos pasan la noche al raso porque no hay techo para todos", añade.

MSF PIDE RESPETAR EL DERECHO HUMANITARIO

Asimismo, L.T., una mujer desplazada, ha tenido que buscar cobijo en un edificio público debido a la falta de espacio tras huir a causa de la violencia. "Huimos y tras caminar dos días, llegamos aquí en medio de la noche. Algunos de mis seres queridos han desaparecido. No sé dónde están", lamenta.

"Estamos en alerta constante. Tenemos miedo de que esos hombres armados regresen para hacernos daño. No tenemos nada; ni ropa, ni comida, ni dinero ni lugar alguno donde quedarnos", puntualiza. Ante esta situación, los hospitales de MSF dan atención médica y psicosocial a los heridos, víctimas de violencia sexual o con traumas mentales graves.

La organización ha destacado además que la violencia complica además el acceso de los civiles a la atención médica, por lo que enfermedades como la malaria, el sarampión o la desnutrición se han vuelto mortales.

"Algunas mujeres embarazadas que tuvieron que salir huyendo por el conflicto han llegado a dar a luz al borde de la carretera", explica Adiaratou D., enfermera obstétrica de MSF. "Otras, traumatizadas por el miedo, han tenido abortos espontáneos. Una de las formas en que las cuidamos es controlando su peso y acompañándolas durante el parto. No tienen nada, ni siquiera para comer, ni ropa para cambiarse o cubrirse", ha reseñado.

Por ello, Boulama El Hadji Gori, coordinador general de MSF en Mali, ha pedido a todas las partes en conflicto que "respeten preserven y permitan el acceso a la ayuda humanitaria para que las comunidades afectadas por el conflicto pueden recibir una asistencia vital".

"Además, realizamos un llamamiento a todos los actores del conflicto armado para que detengan los abusos contra los civiles y se atengan a los principios del Derecho Humanitario y a los principios de precaución y distinción", ha destacado.

"Desde MSF pedimos a las organizaciones de ayuda que amplíen su respuesta para atender las necesidades de esta población, particularmente en términos de refugio, alimentación y protección a medio y largo plazo", ha remachado.