PEKIN (Reuters/EP) - El principal mercado del centro de la ciudad china de Urumqi reabrió el miércoles, reportaron medios estatales, mientras que un grupo en el exilio dijo que estudiantes uigures habían llamado a la liberación de los detenidos tras los disturbios de este mes.
El 5 de julio, manifestantes uigures atacaron a la mayoría de chinos de la etnia han luego de que la policía intentó detener una protesta por las muertes de trabajadores uigures en el sur de China.
De acuerdo a la cifra de muertos oficial, 197 personas fallecieron en esos disturbios. Dos días más tarde, los chinos han protagonizaron ataques en venganza contra los uigures, un pueblo musulmán nativo de Xinjiang con lazos culturales con Turquía y el centro de Asia.
Más de dos semanas más tarde, el normalmente bullicioso complejo del Gran Bazar ha vuelto a abrir mientras la ciudad vuelve a la normalidad, dijo Xinhua, pero añadió que sólo unos cuantos cientos de clientes habían acudido.
Fuerzas de seguridad habían convertido al bazar y a una mezquita cercana al final de la calle Jiefeng en un foco central de las patrullas en Urumqi este mes. El lugar reúne a miles de tiendas al igual que a un supermercado Carrefour y una sala de banquetes en la que se interpreta danza étnica.
Alrededor de la mitad de las tiendas en el bazar reabrieron. El número de guardias de seguridad fue duplicado a 70 y fue prohibida la venta de cuchillos, dijo Wuxkur Yunus, subgerente del bazar, a Xinhua.
Tiendas cercanas ya habían reabierto durante la semana inmediatamente posterior a los disturbios.
Estudiantes que aún se encontraban en Urumqi luego de que las universidades cerraron por el verano pusieron carteles en escuelas y paradas de buses pidiendo la liberación de compañeros que siguen detenidos tras los disturbios, dijo Dilxat Raxit, portavoz del Congreso Mundial Uigur, el grupo exiliado que China culpa por las protestas.
Los carteles, que aparecieron la tarde del lunes, también exigen un fin a las políticas represivas y un cese a la campaña del Gobierno contra Rebiya Kadeer, una empresaria uigur exiliada a quien China también culpa, dijo Raxit.
Los carteles no pudieron ser independientemente confirmados. El acceso a internet aún está suspendido en Xinjiang y los llamados a varias universidades no fueron respondidos.