MADRID, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado este miércoles una resolución, propuesta por México, contra el tráfico de armas para asegurar el monitoreo y rastreo, mayores controles fronterizos y autorregulación de las empresas privadas.
El Consejo de Seguridad ha aprobado la medida y ha alertado a los estados miembro a "velar por la existencia de medidas adecuadas de marcado y mantenimiento de registros para rastrear las armas, incluidas las armas pequeñas y ligeras", ya que, en caso de no ser respetadas estas normas, los países se pueden enfrentar a sanciones.
El representante mexicano ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, ha explicado, tras la sesión, que la amplia mayoría obtenida --12 miembros han aceptado la propuesta y tres se han abstenido-- ha permitido obtener el copatrocinio de 70 países más, según recoge el diario mexicano 'El Universal'.
"El comercio de armas ligeras alimenta los conflictos y mantiene a aquellos actores que prefieren recurrir a la fuerza en vez de al diálogo y la negociación", ha dicho el representante de México ante ONU, según recoge un comunicado del organismo.
Asimismo, De la Fuente ha planteado que la resolución adoptada "responde a un problema real y crítico" que busca "fortalecer el orden jurídico internacional" y "apoyar los esfuerzos para encontrar soluciones diplomáticas a los conflictos armados".
Por su parte, el ministro de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ha celebrado la medida en redes sociales y ha dado la enhorabuena a la ciudadanía mexicana: "Es un gran respaldo a nuestra causa para reducir la violencia".
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha recordado también, en su perfil oficial de Twitter, el país ha sido nominado para el premio anual de la Asociación de Control de Armas, organización estadounidense con sede en Washington por su "combate al tráfico de armas", lo que "respalda el gran esfuerzo del Gobierno de México" ante este desafío.
El ministro de Exteriores mexicano propuso a finales de noviembre esta medida ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, asegurando que era necesaria porque el tráfico ilícito de armas "es un fenómeno global que afecta gravemente y en múltiples dimensiones a la población civil: destruye el tejido social, propicia la violencia, en especial contra grupos vulnerables, genera desplazamientos y flujos irregulares de personas que desean escapar de contextos de inseguridad".