CIUDAD DE MÉXICO, 21 Sep. (EP/AP) -
Los líderes huelguistas del estado de Oaxaca y el principal funcionario de política interna del Gobierno mexicano rompieron el miércoles las conversaciones que mantenían, tras no alcanzar un acuerdo para poner fin a meses de violencia y protestas callejeras en la capital del estado.
Las protestas comenzaron en mayo con una huelga de maestros que reclamaban mejores salarios, pero se ha transformado en una batalla política y exige la dimisión del gobernador Ulises Ruiz.
Miles de maestros se han manifestado en Oaxaca y después de que Ruiz enviara a la policía a echar a los manifestantes se les sumaron miles de izquierdistas, anarquistas y estudiantes, quienes han incendiado coches y autobuses, han levantado centenas de barricadas callejeras y han pintado consignas en algunos edificios históricos.
Tras la muerte de dos personas y docenas más heridas la normalidad ha pasado al caos en la ciudad.
Además grupos internacionales, incluyendo Amnistía Internacional, han dicho que hay evidencia de violaciones a los derechos humanos por fuerzas del gobierno.
Ruiz aseguró que no dimitiría, a pesar de que los miembros del grupo que vigila la huelga, la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, insisten en que deje su cargo, aún si se aprueban mejores salarios para maestros.
Los manifestantes han amenazado con atacar embajadas extranjeras en la capital mexicana si no se llega a un acuerdo con Gobernación, aunque el líder de los huelguistas Enrique Rueda dijo que el movimiento sólo había acordado la realización de protestas pacíficas enfrente de embajadas y el Congreso a partir del jueves, para llamar la atención sobre las fallidas negociaciones.
Abascal y sus negociadores "siguen argumentando que el Senado es la vía legal para que atienda este asunto, pero nosotros no queremos esa vía jurídica, por ser un proceso largo, pensamos que es por la vía política por la que el gobernador debe renunciar", aseguró Rueda.