MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha rechazado este miércoles la violencia y los disturbios registrados en una marcha en favor del acceso legal, seguro y gratuito al aborto en Ciudad de México, al tiempo que ha asegurado que duda de su "autenticidad" y le da "mala espina".
"Es un error el demandar un derecho con el uso de la violencia, creo que todas las protestas deben ser pacíficas. No a la violencia", ha señalado en su rueda de prensa diaria, donde ha considerado que la violencia "antes" no tenía lugar.
"Diría yo que es un fenómeno nuevo que tiene que ver con el inicio de nuestro Gobierno, por eso hasta desconfío sobre su autenticidad, porque no se puede ser revolucionario, no se puede buscar una transformación, luchar por la justicia, siendo un rebelde sin causa", ha agregado, según ha recogido 'La Jornada'.
En este sentido, ha hecho hincapié en la "desconfianza" que le producen este tipo de protestas, "ya que suele pasar que los extremos se juntan, se tocan, los veo muy conservadores estos movimientos".
A su juicio, el objetivo era que las fuerzas de seguridad mexicanas "reprimieran", que "usaran la fuerza". "Están provocando y provocando y provocando, pero se van a quedar con las ganas, no vamos a caer en ninguna provocación", ha dicho. De forma paralela, ha pedido investigar los hechos, aunque con "cuidado" porque "si no (quienes generaron violencia) se vuelven mártires", informa 'El Sol de México'.
La marcha a favor del aborto dejó al menos 37 heridos por disturbios entre la Policía y los manifestantes y tuvo lugar para conmemorar el Día Internacional de la Despenalización del Aborto.
Al paso de la marcha, en la que se mostraron pancartas con lemas como 'La libertad no se criminaliza' o 'Nunca más', cientos de manifestantes cometieron actos vandálicos, como pintadas y destrozos en el mobiliario urbano.