CANCÚN (MÉXICO), 9 Dic. (EP/AP) -
Unos 1.000 prisioneros se amotinaron en madrugada de este viernes en una cárcel estatal de Cancún situado sobre el mar Caribe, dominando a varios de los guardias que les vigilaban con cuchillos y bates de béisbol. Más de 150 internos huyeron durante el motín, de los cuales 70 lograron ser detenidos de nuevo.
Durante la trifulca, algunos de los guardias usaron sus armas de fuego y mataron a tres presos, según informó Ricardo Portugal, funcionario de la Cruz Roja, que recibió los cadáveres. Además varios guardias e internos fueron heridos en la reyerta.
Centenares de policías estatales y soldados se dirigieron a la prisión y en las últimas horas de la mañana del viernes lograron imponer el orden, aunque grupos de detenidos todavía estaban prófugos en ciertas zonas, según informó el director de la prisión, Juvenal Reyes.
Algunos reos se colocaron en los techos de la prisión con bates y piedras amenazando a los guardias. Además exhibían carteles que decían, "Basta de muertes".
Los reclusos se amotinaron para impedir el traslado del presunto líder pandillero Marcos Gallegos, llamado "El Padrino", a otra cárcel en la ciudad de Chetumal, a 380 kilómetros de distancia, según indicó Reyes.
Gallegos, que fue condenado a 17 años por violación de menores, era uno de los 40 internos que iban a ser trasladados a otra prisión. Finalmente, ninguno de ellos lograron escapar tras el motín.
Las autoridades continúan negociando con los prisioneros, mientras que la policía busca a los prófugos en viviendas cercanas a la prisión.