Actualizado 05/04/2010 07:36

México.- El 'número dos' del cártel de Sinaloa afirma que su muerte "no cambiaría nada" el problema del narcotráfico


MÉXICO D.F., 5 Abr. (Reuters/EP) -

En una entrevista a un semanario mexicano publicada este domingo uno de los narcotraficantes más buscados de México, Ismael 'El Mayo' Zambada, afirma que su muerte "no cambiaría nada" en lo concerniente a la continuidad del comercio ilegal de drogas o a la violencia ligada a él.

"Un día decido entregarme al Gobierno para que me fusile. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió", afirma Zambada en una entrevista al semanario 'Progreso'."El problema del narco envuelve a millones ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí", añadió.

En la entrevista Zambada, considerado mano derecha del jefe del cártel de Sinaloa, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, afirma que en caso de que viera próximo su arresto preferiría quitarse la vida a antes de ser encerrado en la cárcel.

"Tengo pánico de que me encierren", dice el narcotraficante, que al ser preguntado si se suicidaría en caso de ser capturado afirma "no sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría".

La entrevista está firmada por el director del semanario, Julio Scherer, que aparece junto a Zambada en la fotografía que ilustra el reportaje. Según 'Proceso', la entrevista tuvo lugar porque en febrero Zambada se puso en contacto con la revista ya que quería que le publicaran una entrevista.

En cuanto a las informaciones parecidas en la revista Forbes, que sostienen que 'El Chapo Guzmán' es uno de los 1.000 hombres más ricos del mundo, Zambada lo descarta por completo. "Eso sólo son tonterías", zanja.

El cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos de México, es una de las organizaciones a las que con mayor ahínco persigue el Gobierno del presidente del país, Felipe Calderón, que ha desplegado miles de soldados y policías en varios de los estados más afectados por el narcotráfico en un esfuerzo por detener la violencia.

Desde que Calderón asumió el poder en diciembre del 2006, cerca de 19.500 personas han muerto en México a causa de la violencia de los narcotraficantes, que luchan unos contra otros por el control de las rutas del tráfico hacia Estados Unidos y también contra las fuerzas de seguridad.