MÉXICO, 3 Nov (EUROPA PRESS)
El domingo se vivieron momentos de tensión en el Palacio de Gobierno de Michoacán, ubicado en Morelia, tras una protesta que derivó en violencia a raíz del asesinato de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan. Manzo, quien recibió amenazas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue asesinado, desencadenando una ola de indignación entre la población.
La manifestación inició de forma pacífica con alrededor de 400 personas reunidas en la plaza Jardín Morelos demandando justicia por el fallecimiento de Manzo. Sin embargo, la situación escaló rápidamente cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio de Gobierno, causando destrozos significativos en puertas, cristalería, mobiliario y realizando pintadas contra el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. El diario 'El Sol de Morelia' reportó estos incidentes, que evidencian un clamor popular por medidas de seguridad y justicia.
Los disturbios se disolvieron parcialmente después de que las autoridades repelieran la incursión con gas lacrimógeno y balas de goma, restableciendo el orden en el edificio gubernamental, según informó 'La Voz de Michoacán'. En el contexto de estos eventos, Raúl Zepeda Villaseñor, Secretario de Gobierno, comunicó que el complejo ya se encontraba asegurado, insistiendo en la disposición al diálogo por parte del gobierno, pero sin tolerancia a actos que perturben el orden público.
La seguridad de Manzo, crimen central de las protestas, estuvo a cargo de la Policía Nacional y la Guardia Nacional, esta última asignó 14 elementos para la seguridad periférica, conforme lo solicitó el presidente municipal. No obstante, Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad, lamentó en una rueda de prensa que los agresores encontraron un punto vulnerable durante un evento público para efectuar el ataque.
García Harfuch aseguró que se están tomando todas las medidas necesarias para que no haya impunidad y que los responsables sean llevados ante la justicia. La muerte de Manzo no solo dejó luto en Uruapan, sino que también resultó herido otro político, Víctor Hugo, quien se reporta fuera de peligro.
Este lamentable evento resalta los desafíos que enfrenta Michoacán en temas de seguridad y la demanda de sus ciudadanos por acciones concretas que garanticen su bienestar y el de sus líderes. La promesa de llevar a los responsables ante la ley es un paso crucial para restaurar la confianza en las autoridades estatales.