MADRID, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Mozambique han anunciado la muerte de alrededor de 40 presuntos terroristas en operaciones llevadas a cabo en la provincia de Cabo Delgado (norte) y ha destacado que dará "una respuesta rápida" a los que intenten llevar ataques en la zona.
El jefe de la Policía mozambiqueña, Bernardino Rafael, ha indicado que durante las últimas operaciones han sido incautadas más de 20 armas de fuego y 17 embarcaciones utilizadas por los yihadistas en sus ataques. "Si intentan entrar aquí, van a encontrar una respuesta rápida", ha advertido.
Asimismo, ha pedido "mucha vigilancia" a la población. "Con vuestra vigilancia y rapidez a la hora de denunciar en caso de que aparezca cualquier extraño, vamos a superar este periodo sin ningún problema", ha sostenido, según ha informado el portal mozambiqueño de noticias Carta de Mozambique.
Fuentes militares citadas por este medio han señalado que los últimos incidentes han tenido lugar en la localidad de Awasse, situada en el distrito de Mocimboa de Praia, antes de agregar que se saldaron con la muerte de 31 presuntos terroristas y seis militares.
El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, destacó a mediados de diciembre que su Gobierno ha incrementado los contactos a nivel internacional para obtener ayuda en su lucha contra los grupos terroristas que operan en el norte del país, que han incrementado drásticamente sus ataques durante los últimos años.
La provincia de Cabo Delgado y otras zonas del norte del país son escenario desde octubre de 2017 de ataques obra de milicianos islamistas a los que popularmente se conoce como Al Shabaab, sin que estén relacionados con el grupo del mismo nombre que opera en Somalia, y que desde mediados de 2019 han sido reivindicados en su mayoría por Estado Islámico en África Central (ISCA).
La filial de Estado Islámico ha recrudecido sus acciones desde el pasado marzo y desde agosto controla la ciudad portuaria de Mocimboa da Praia. En las últimas semanas, ha intensificado sus ataques y ha llevado a cabo decenas de decapitaciones, generando una ola de desplazamientos. Según el Gobierno, unas 500.000 personas han abandonado sus hogares huyendo de la violencia.