MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -
El coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF), Frederic Bonnot, ha denunciado que el atentado que acabó con la vida de 24 personas en un hospital del oeste de Kabul apoyado por la ONG fue un ataque deliberado para "matar a las madres" que estaban ingresadas en la maternidad del centro.
"Volví un día después del ataque y lo que vi en la maternidad demuestra que fue un tiroteo sistemático contra las madres que allí se encontraban", ha afirmado Bonnot. "Pasaron por las habitaciones de la maternidad, disparando a las mujeres mientras ellas estaban en sus camas. Fue metódico. Las paredes están salpicadas de balas, había sangre en el suelo de las habitaciones, vehículos quemados y ventanas con disparos", ha relatado.
MSF, que ha apoyado el hospital del distrito de Dasht e Barchi en los últimos seis años, ha confirmado que en el momento del atentado había 26 madres ingresadas y ha contado que diez de ellas lograron ponerse a salvo en habitaciones seguras junto con muchos trabajadores sanitarios.
"Ninguna de las 16 madres que permanecieron expuestas al ataque se salvó: once fueron asesinadas, tres de ellas en la sala de partos con sus bebés no nacidos y otras cinco resultaron heridas. Entre los muertos hay dos niños y una comadrona afgana de MSF", ha explicado MSF, en un comunicado.
La organización ha señalado que dos bebés recién nacidos resultaron heridos, uno de ellos fue trasladado a otro hospital para una cirugía de urgencia tras un disparo en la pierna, al igual tres de trabajadores locales de MSF.
"Los atacantes, cuyo número aún se desconoce, irrumpieron en el hospital por la puerta principal poco después de las 10 de la mañana. Había otros edificios y salas más cerca de la entrada pero, según el testimonio de personal de MSF presente en el momento del ataque, los asaltantes fueron directamente a la sala de maternidad apoyada por MSF", ha asegurado.
MSF ha señalado que el ataque supuso "cuatro horas de infierno", en las que los pacientes y el personal sanitarios buscaron refugio. "Durante el ataque, desde la habitación segura escuchamos disparos por todas partes y explosiones también", ha explicado Bonnot.
"Es impactante. Sabemos que este área ha sufrido ataques en el pasado, pero nadie podía creer que atacarían a una maternidad. Vinieron a matar a las madres", ha denunciado. En el momento del atentado, en el hospital estaban trabajando 102 trabajadores locales de MSF junto a personal internacional. "Este país está tristemente acostumbrado a presenciar eventos horribles", ha lamentado el responsable de MSF en Afganistán. "Pero no hay palabras para describir lo que sucedió el martes", ha recalcado.
MSF empezó a trabajar en Afganistán en 1980, pero en 2004 se marchó del país tras el asesinato de cinco de sus trabajadores en Badghis y no pudo regresar hasta 2009.
En 2019, la organización médica contaba con siete proyectos en seis provincias del país y realizó más de 100.000 consultas externas, asistió más de 60.000 partos y realizó casi 10.000 intervenciones quirúrgicas. Para su trabajo en Afganistán, MSF no acepta fondos de ningún gobierno y depende completamente de las donaciones del público en general.