Actualizado 03/03/2017 13:42

El narcotráfico, ¿un problema exclusivamente mexicano?

A soldier stands guard next to packages of marijuana at the 28th Infantry Battal
STRINGER MEXICO / REUTERS
   

   MADRID, 3 Mar. (Notimérica) -

   El jefe de operaciones antinarcóticos del Departamento de Estado de los Estados Unidos (EEUU), Willian Brownfield, destacaba la pasada semana la importancia de la colaboración entre México y Estados Unidos en la lucha contra el tráfico y consumo de drogas, puesto que el narcotráfico supone una de las problemáticas más consolidadas entre los países.

   La aportación de Brownfield, designado en el cargo por el expresidente Barack Obama, supone un paso adelante en el abordaje del conflicto: contrariamente a la extendida creencia, especialmente estadounidense y avivada por las corrientes ideológicas próximas a Donald Trump, el tráfico de drogas no es únicamente un problema mexicano, ni siquiera latinoamericano.

   Según la última edición del Informe Mundial sobre las Drogas de las Naciones Unidas (ONU), en los últimos tiempos se ha dado un aumento en el consumo de heroína, cannabis y cocaína en América del Norte respecto a los datos del año 2010. De la misma manera, el documento destaca que la mayor parte de cultivos destinados a la producción de drogas siguen estando situados principalmente en América.

   Si bien podríamos afirmar que, efectivamente, el cultivo destinado a la fabricación de drogas se comprende especialmente en el territorio latinoamericano, éste también encuentra su dependencia en el alto consumo en Estados Unidos. Según el mencionado estudio, las principales rutas de circulación de opiáceos en América parten, por un lado, desde Colombia hacía América del Sur y hacia Estados Unidos y, por otra parte, desde México hacia los Estados Unidos.

   De esta manera el problema adquiere una consideración trasnacional que no encontrará solución unilateral por muy altos que puedan construirse los muros: mientras la demanda de narcóticos siga existiendo, los oferentes seguirán procurando cubrirla, más cuando la situación social y económica de miles de latinoamericanos empuja a ello.

CORRUPCIÓN Y DESIGUALDAD

CORRUPCION

   La segunda edición del estudio 'México: Anatomía de la Corrupción', de María Amparo Casar, demuestra la escasa confianza política e institucional de los mexicanos frente a la alta tolerancia hacia la corrupción. En 2015 México obtuvo una calificación de 35 puntos sobre 100 en cuanto al nivel de corrupción, según Transparencia Internacional, algo que coincide con las cifras dadas por el Banco Mundial, institución que desaprueba al país con una nota de 25 sobre 100 en sus indicadores de control de corrupción, colocándolo como uno de los países más corruptos del mundo.

   Así una mayoría de mexicanos considera que las leyes se usan como excusa para cometer ilegalidades, especialmente en favor de una minoría privilegiada y con altos niveles de poder. Este hecho no es si no una ejemplificación de la gran desigualdad social, económica y de género en la que habitan los ciudadanos mexicanos, así como la mayor parte de los latinoamericanos en general.

   Según el estudio 'Desigualdad Extrema en México, Concentración del Poder Económico y Político', presentado por Oxfam México, la economía mexicana es la número 14 del mundo en cuanto a tamaño, pero 45 millones de sus ciudadanos viven bajo los índices de pobreza. Las razones de ésto se deben, señalan, a cuestiones éticas, morales, económicas y políticas. Así, la falta de seguridad económica y social de gran parte de la población mexicana lleva, en muchas ocasiones, a la búsqueda de alternativas laborales u ocupacionales que no se encuentran reguladas y conllevan delincuencia.

MOVILIDAD VERTICAL

CAMPOS DE COCA

   De la misma manera, la desigualdad y las altas tasas de pobreza obligan a la movilización de cientos de personas, cuya circulación transfronteriza responde únicamente a la búsqueda del bienestar. Respecto a este caso concreto, además de los mexicanos, debe tenerse en cuenta el tránsito que miles de centroamericanos hacen a través del territorio azteca con miras a cruzar su frontera norte.

   Buena parte de los desplazamientos sur-norte en la región latinoamericana se producen por tierra y obedecen a la reunificación familiar, ya que la tradición migratoria es muy longeva en el caso de algunas comunidades por la persistencia de la desigualdad social. Por esta razón, el tránsito está protagonizado por menores de edad que, en muchas ocasiones, viajan sin un acompañante o bajo el cargo de una persona contratada para asegurar dicho cruce fronterizo.

   La vulnerabilidad a la que se ven sometidos generalmente los migrantes ha llevado a la proliferación de agrupaciones dedicadas a la trata de blancas, la extorsión o el secuestro con fines económicos, muchas veces ligados al mismo narcotráfico. Por ello, es necesario de nuevo tener en cuenta la diversa responsabilidad nacional en el conflicto, que en este caso también incluye a los países centroamericanos.

IMPUNIDAD

CRUCES

   Por otra parte, la corrupción institucional viene acompañada de la impunidad. El despotismo de las élites mexicanas se encuentra muy ligado a la corrupción, situando al país, según el estudio llevado a cabo por María Amparo Casar, como uno de los menos transparentes y punitivos del mundo, y siendo esta una de las preocupaciones más comunes de la sociedad mexicana. Por ello, miles de mexicanos se ven en la tesitura de ser protegidos por los mismos de los que, objetivamente, deberían protegerse.

   Las bandas de narcotráfico y las maras, el brazo armado de los cárteles, ofrecen protección a los mexicanos y centroamericanos --en especial a los habitantes de las zonas rurales-- a cambio de su colaboración o, por lo menos, de su silencio. De esta forma, la criminalidad y la corrupción entran en un círculo vicioso que, además, arrastra a gran parte de la sociedad, y en especial a los más jóvenes.

   Además de los índices de pobreza, la desigualdad entre la educación pública y privada en México es abismal: según el citado informe de Oxfam México, mientras que el pago de las matrículas y el transporte a las escuelas privadas es deducible de impuestos, las escuelas públicas del país presentan carencias importantes, como el acceso a agua potable, Internet o, incluso, baños y sanitarios. La falta de alicientes al estudio y la pobreza, así como la inseguridad, engrosan las filas de los cárteles de narcotráfico.

RESPUESTAS TRANSNACIONALES

Por ello, si bien se prevé necesaria una regeneración y 'limpieza' política e institucional principalmente de los gobiernos centroamericanos y mexicanos, también se estima necesario el acuerdo de medidas bilaterales o multilaterales entre los implicados en la problemática. Se ha visto que, por muchos esfuerzos llevados a cabo en México, la situación no ha mejorado de forma significativa. Esto pasa, en primer lugar, por adquirir una posición similar frente al problema: ¿es cuestión de la oferta de drogas o de la demanda de las mismas?

En cualquier caso, se considera necesario el abordaje de la drogadicción como un problema de salud y seguridad públicas, no como un conflicto de ámbito nacional, lo que ayudaría a la toma de medidas globales y coordinadas que favorecieran el bienestar social. De la misma manera, la complejidad de la cuestión requiere de un tratamiento multidisciplinal y multidimensional, dejando de lado políticas punitivas focalizadas.

    De esta forma, no solo debe tenerse en cuenta a la hora de luchar contra el narcotráfico la persecución y castigo de los actores principales de la cadena productiva y traficante de las drogas. Por ejemplo, es necesario que al campesino ecuatoriano al que se le erradica un campo de cultivo de coca, el cual es su modo de vida, se le oferte otra ocupación laboral retributiva.

Sin embargo, ésto pasa por una colaboración transnacional que asegure la igualdad de sus ciudadanos, así como establezca como prioritarios sus derechos y su bienestar. La dependencia comercial y económica de México frente a los Estados Unidos es, únicamente, un símbolo de que algo no se ha hecho bien dentro de los acuerdos bilaterales, cuya paridad debería ser, en este caso, más fuerte que nunca.