Actualizado 11/07/2009 04:19

Negociaciones de Honduras quedan en compás de espera

Por Ana Isabel Martínez

SAN JOSE (Reuters/EP) - Las posibilidades de una rápida salida a la crisis política en Honduras por el golpe de Estado se desvanecieron el viernes, luego de que los delegados del depuesto Manuel Zelaya y del Gobierno interino abandonaron la mesa de negociaciones sin llegar a acuerdos concretos.

Las comisiones de Zelaya y del presidente interino Roberto Micheletti partieron el viernes por la tarde de San José de Costa Rica, en donde estaban reunidas para tratar de resolver un conflicto en el que las partes se han mostrado radicales.

Las partes prometieron volver a reunirse pronto, y aunque en Costa Rica no se estableció una fecha puntual, el presidente interino Micheletti dijo a periodistas en Honduras que los encuentros se retomarían en San José la próxima semana.

"Ambos han acordado continuar con las conversaciones a la menor brevedad posible y no descansar hasta alcanzar un acuerdo que le ponga fin a esta crisis", dijo el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, el mediador Oscar Arias.

Pero según lo que dijeron los propios integrantes de las delegaciones, no parece que se hayan llevado algún acuerdo concreto bajo el brazo.

Zelaya fue expulsado de su país a punta de rifle por militares el 28 de junio, cuando desafió una prohibición judicial para realizar una consulta popular sobre una eventual reforma constitucional como hicieron sus aliados de Venezuela, Bolivia y Ecuador, lo que atemorizó a políticos y empresarios.

Las presiones y la condena al golpe de Estado por parte de de casi todos los países del mundo, que exigieron el retorno de Zelaya, llevaron al Gobierno interino a aceptar negociar con Arias como mediador.

Desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez -el aliado más importante de Zelaya- criticó las negociaciones y aseguró que el depuesto presidente está decidido a regresar a casa.

"Creo que esto está muerto", dijo en rueda de prensa al referirse al encuentro de las delegaciones en Costa Rica, mientras que calificó como un error por parte de Washington el apoyo a las conversaciones.

Desde un principio han sido pocas las esperanzas de llegar a un acuerdo para superar la peor crisis política en América Central en dos décadas ante las posturas inflexibles.

RADICALISMO PESE A DIALOGO

El punto controvertido es la restitución del depuesto mandatario, porque ambos bandos se aferran a sus posturas: el Gobierno interino se niega a permitir el retorno de Zelaya, acusándolo de violar la ley con su consulta, mientras que el depuesto exige volver de inmediato y sin condiciones.

"El informe último que he recibido es que se ha llegado a algunos arreglos pero no hay arreglo para que el presidente Zelaya venga a tomar posesión, aquí vamos a respetar las leyes del país y él cometió errores y tiene que pagar por ellos", dijo Micheletti a periodistas sobre las negociaciones.

Washington dijo que los delegados de las dos partes discutieron algunas ideas y que Estados Unidos las estaba analizando, de acuerdo con el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, P.J. Crowley.

La gota de optimismo ante las pocas esperanzas la puso el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, quien dijo que pensaba que la solución podría estar cerca para reinstaurar a Zelaya.

"Tenemos la plena confianza que las diferencias que hoy nos separan puedan ser resueltas dentro del marco de la Constitución de la República de Honduras", dijo Carlos López Contreras, jefe de la delegación de Micheletti en Costa Rica, después del encuentro bilateral.

La reunión de las dos delegaciones se dio después de que el jueves Micheletti y Zelaya se entrevistaran por separado con el mediador Arias, pero abandonaron San José sin verse las caras.

"Hay una indisposición o falta de voluntad para hacer las cosas. No creo que esta vez vayamos a ver humo blanco", dijo por su lado el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

Pero, la presión internacional y económica sobre Honduras, uno de los países más pobres del continente americano y que sufre por la crisis global, podría ablandar las posiciones.

Estados Unidos suspendió esta semana la cooperación financiera militar y amenazó con retirar hasta 180 millones de dólares de vital ayuda al desarrollo, lo que se unió a la decisión del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de detener nuevos créditos al país.

Chávez también canceló los envíos de petróleo al país, cuyos principales ingresos provienen de las exportaciones de textiles y de café, así como de las remesas.

"Vamos a tener que vivir un período (...) con mucha dificultad, lo vamos a tener que hacer", reconoció la ministra interina de Finanzas hondureña, Gabriela Núñez.

En una entrevista con Reuters, Núñez dijo que se estima que el impacto del cese de créditos de los multilaterales está calculado en unos 200 millones de dólares para el 2009.

Sin embargo, la cúpula empresarial que apoya al Gobierno de facto anunció que planea congelar e incluso reducir los precios de algunos productos de la canasta alimentaria.

"Es un gesto de respaldo al Gobierno, pero más que todo a la población en las circunstancias que vivimos", dijo el ministro interino de Industria y Comercio, Benjamín Bográn.