Publicado 05/12/2019 20:49

Nepal.- Nepal realiza su primera detención tras la muerte de una mujer confinada por tener la menstruación

KATMANDÚ, 5 Dic. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

La Policía de Nepal ha detenido este jueves al cuñado de una mujer que falleció recientemente en una cabaña donde estaba recluida debido a que tenía la menstruación, en el primer arresto de este tipo en el país, que busca poner fin a esta práctica.

El cuerpo de Parbati Buda Rawat, de 21 años, fue hallado el lunes, después de que encendiera un fuego para intentar conservar el calor en la cabaña de adobe y piedra en la que estaba recluida en Achan, lo que provocó su asfixia.

"Esta es la primera vez que hemos arrestado a una persona en relación con una muerte bajo la práctica del 'chaupadi'", ha dicho el jefe del distrito, Bhoj Raj Shrestha, en declaraciones a Thomson Reuters Foundation.

Janak Shahi, de la Policía nepalí, ha detallado que el detenido, Chatra Rawat, es objeto de una investigación para determinar si fue el responsable del envío de la mujer a la cabaña.

Así, ha indicado que podría ser imputado y que, en caso de ser declarado culpable, podría ser sentenciado a una pena de hasta tres meses de cárcel y una multa de 3.000 rupias nepalíes (cerca de 24 euros).

Una localidad del cercano distrito de Doti ha anunciado esta misma semana compensaciones económicas de 5.000 rupias (unos 39 euros) a toda mujer que se niegue a ser confinada en estas cabañas durante la menstruación, con la esperanza de que esto disuada a sus familias.

A mediados de enero murieron una nepalí de 35 años y sus dos hijos, de doce y nueve, como consecuencia del incendio en una de estas cabañas, a pesar de que este tipo de marginaciones llevan más de una década prohibidas en Nepal.

Semanas después murió otra mujer por inhalación de gases tras encender un fuego para calentar la cabaña sin ventilación donde estaba recluida, lo que llevó al Parlamento a abrir una investigación en torno al 'chaupadi'.

La práctica del 'chaupadi', según la cual las mujeres y las niñas quedan recluidas en habitáculos habitualmente reservados a animales durante la menstruación, fue ilegalizada en 2010, aunque sigue siendo habitual en regiones remotas del este.

Las familias, temerosas de la supuesta impureza asociada a la regla, temen que compartir techo con las mujeres traiga mala suerte y provoque incluso desastres naturales. Esta exclusión deja a quienes la sufren a merced de todo tipo de riesgos, desde ataques de animales a abusos sexuales.