MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una de cada diez personas, o lo que es lo mismo, 2,3 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Níger, un país que se está viendo doblemente golpeado por los grupos yihadistas, en el este y en el oeste, y donde los efectos del cambio climático están exacerbando la situación.
Más de 250 civiles han sido asesinados y casi 320 más han sido secuestrados, en su mayoría desplazados, refugiados y miembros de las comunidades de acogida, durante 2019, según la ONU, que alerta de la "compleja situación de seguridad" a la que se enfrenta el país.
Por un lado, en la zona del lago Chad se han venido registrando desde hace años ataques del grupo islamista Boko Haram y de su escisión Estado Islámico en África Occidental (ISWA), mientras que en el este, en la frontera con Malí y Burkina Faso, también se han intensificado los ataques de las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico. El 10 de diciembre, 71 militares murieron en el ataque contra su base reivindicado por Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).
En total, más de 400.000 personas, entre refugiados y desplazados internos, se han visto forzadas a abandonar sus hogares. La creciente inseguridad en las zonas fronterizas y el impacto de la sequía y las devastadoras inundaciones registradas este año están exacerbando la inseguridad alimentaria y la desnutrición crónicas en este país del Sahel, uno de los más pobres del mundo.
Así las cosas, el Gobierno nigerino, la ONU y las ONG estiman que la cifra de personas necesitadas de ayuda alcanzará los 2,9 millones en 2020, para lo cual se ha elaborado un plan de respuesta humanitaria para el que hacen falta 407 millones de dólares, con los que se espera asistir a los 1,9 millones de personas más vulnerables.
"Naciones Unidas está extremadamente preocupada por la situación en Níger y en particular por las consecuencias humanitarias de la creciente inseguridad en los países vecinos y los devastadores efectos de los desastres climáticos", ha señalado la subsecretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Ursula Mueller, tras una visita de seis días al país.
"Níger es un socio clave para toda la comunidad internacional y un actor clave en la región del Sahel", ha resaltado Mueller, que durante su estancia se ha reunido con el presidente del país, Issofou Mahamadou.
En este sentido, ha defendido la "necesidad urgente de intensificar el apoyo al pueblo y el Gobierno de Níger, en particular mediante ayuda de emergencia y acciones de desarrollo que no solo pueden salvar vidas sino también tener un impacto en las causas en la raíz de las crisis a las que se enfrenta el país".
Para 2019, la ONU y las ONG habían solicitado 407 millones de dólares, pero solo se ha recibido el 59 por ciento de los fondos. "Más allá de las cifras, esto significa que cuatro de cada diez personas no han recibido la ayuda humanitaria que necesitan para sobrevivir", ha lamentado Mueller, incidiendo en que la falta de fondos también impide "una acción a tiempo y adecuada en un momento crítico" para el país.