Publicado 20/11/2023 13:48

Los obispos confían en que Sánchez dedique "todas sus fuerzas a coser las heridas" que provocaron algunos de sus pactos

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, durante una rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Española, en la sede de la CEE, a 31 de octubre de 2023, en Madrid (España). La Conferen
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, durante una rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Española, en la sede de la CEE, a 31 de octubre de 2023, en Madrid (España). La Conferen - Fernando Sánchez - Europa Press

MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, ha afirmado este lunes que confía en que el nuevo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, recientemente investido, "trabaje activamente, con el conjunto de todas las fuerzas políticas, para recuperar la cohesión social y dedique todas sus fuerzas a coser las heridas sociales que han provocado algunos de los recientes pactos de investidura".

Así se ha expresado Omella durante su discurso inaugural en la CXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebra del 20 al 24 de noviembre en la sede de la CEE. "Invito al nuevo Gobierno a trabajar con la mirada puesta a largo plazo, pensando en la España que queremos dejar a las próximas generaciones, un país unido capaz de enriquecerse con las diferencias culturales y que asegure siempre la igualdad entre todos los ciudadanos", ha señalado.

En su intervención, Omella ha pedido a los dirigentes políticos y a los líderes sociales y de opinión "que pongan todo lo que esté de su mano para bajar el clima de crispación social" y les ha interpelado a que "trabajen en todo momento en favor del interés general.

En segundo lugar, ha hecho un llamamiento "al diálogo social entre todas las instituciones de la sociedad española sin cordones sanitarios ni exclusiones". "Todos los pactos son lícitos en la medida que respeten el ordenamiento jurídico, el Estado de Derecho, la separación de poderes de nuestra democracia, aseguren la igualdad de todos los españoles y garanticen el equilibrio político, económico y social que nos hemos dado los españoles en la Constitución de 1978, que culminó el intenso camino de la Transición", ha manifestado.

A su juicio, "cualquier acuerdo que trate de modificar el statu quo, pactado por todos los españoles en la Constitución de 1978, debería contar no solo con el consenso de todas las fuerzas políticas" del arco parlamentario, sino que también "es necesario que cuente con el apoyo de una mayoría muy cualificada de la sociedad, ya que de no ser así tales pactos solo conducirán a una mayor división y confrontación entre los españoles".

"No vale el inmovilismo para frenar cualquier reforma. Pero tampoco valen tentativas reformistas que fragmenten la convivencia en España. La reforma siempre es necesaria, pero ha de respetar los mecanismos legales establecidos para ello, ha de buscar el bien común de todos y ha de contar siempre con el consenso de la gran mayoría de los ciudadanos", ha insistido.

"CIFRAS ECONÓMICAS Y DE EMPLEO NO SON HALAGÜEÑAS"

Respecto a la situación económica, el cardenal ha destacado que "las cifras económicas y de empleo no son halagüeñas en España" y ha añadido que emerge un hecho social "preocupante" y es "la distancia entre quienes por renta o salarios altos tienen capacidad de ahorro y aquellas que viven al día". "Esta distancia, en vez de disminuir, aumenta", ha manifestado.

En esta línea, ha avisado de que "la cohesión social está en riesgo" y que las "familias españolas han perdido poder adquisitivo continuamente desde 2008, un hecho que se ve agravado por la creciente inflación". En este contexto, se ha mostrado sorprendido de que "el Estado central y autonómico, a diferencia de otros países, no haya corregido el efecto de la inflación en el sistema tributario, en beneficio de los ciudadanos que han visto reducido su poder adquisitivo".

"El riesgo de exclusión social está todavía en niveles superiores a los del inicio de la crisis de 2008 y afecta a un 23% de la población y se aprecia un creciente empeoramiento en la situación de los mayores de 65 años. Además, lamentablemente la pobreza severa está aumentando", ha alertado.

De esta forma, Omella ha apuntado que "uno de los temores más grandes en este momento no son las crisis económicas en sí, sino sobre todo cómo se sale de ellas y las consecuencias que éstas pueden dejar". "Nos ha de preocupar significativamente el hecho de que, a consecuencia de las crisis, vaya creciendo la desigualdad y la injusticia social, que pueden ser la cuna para populismos y desestabilizar el actual modelo de estado social y democrático de derecho", ha indicado.

HAY QUE CUIDAR LA DEMOCRACIA

"La democracia es el mejor de los sistemas políticos posibles, pero hay que cuidarla. La democracia enferma cuando se cuelan la corrupción y la mirada cortoplacista de los gobernantes políticos y de los dirigentes económicos, lo que conlleva que no se aborden los urgentes problemas estructurales. Necesitamos que los partidos políticos mayoritarios, pensando en el bien común, identifiquen los temas de Estado y trabajen unidos para alcanzar acuerdos duraderos para varias legislaturas", ha afirmado.

En este contexto, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha asegurado que quieren "colaborar con gobiernos, administraciones públicas, empresas y sindicatos para mejorar la situación". "Es exigente, lo sabemos, pero no imposible", ha remarcado.

Para la Conferencia Episcopal, según ha presentado Omella, las prioridades son abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral; consolidar y desarrollar un sistema de garantía de ingresos mínimos; mejorar el acceso a una vivienda digna; garantizar la protección de la infancia y la familia; y avanzar en la regularización de las personas migrantes.