BERLÍN, 19 May. (DPA/EP) -
El ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, ha reiterado este miércoles su condena al "terror de los cohetes" lanzados por Hamás contra Israel "en los términos más enérgicos posibles" y ha respaldado su "derecho y deber" a defenderse, en medio de la escalada de las tensiones entre la Franja de Gaza y Tel Aviv.
En una intervención ante el Parlamento alemán, Maas ha pedido el "cese inmediato" de los ataques a Israel, un alto el fuego y la celebración de conversaciones "directas" entre israelíes y palestinos para solucionar el conflicto.
Según ha remarcado, la citada solución debe permitir a ambas partes llevar una vida "autodeterminada". "Por lo tanto, creemos firmemente que solo puede haber una solución negociada de dos Estados", ha subrayado.
Por otro lado, el titular de la diplomacia alemana ha pedido actuar "con contundencia" frente al antisemitismo en Alemania. Así, hay que "hacer frente a los predicadores del odio antisemita, a los agitadores y a los autores de actos violentos aquí, en nuestras propias ciudades, con toda la fuerza del Estado constitucional alemán, y no importa si siempre han vivido aquí o han llegado en los últimos años", ha demandado.
En este sentido, ha especificado que cada ciudadano alemán debe saber que "no debe haber ni un centímetro de espacio en nuestras calles para el antisemitismo". "Nunca y nunca más", ha insistido.
Las autoridades gazacíes han confirmado la muerte de 217 personas, entre ellos 63 menores de edad, por los bombardeos contra el enclave. A esta cifra hay que sumar la muerte de doce personas en Israel --incluidos una mujer india y dos tailandeses-- y la de más de 20 palestinos en Cisjordania en el marco de la represión de las últimas movilizaciones para condenar la ofensiva contra Gaza y los incidentes en Jerusalén.
Las tensiones aumentaron el 9 de mayo, cuando las fuerzas israelíes irrumpieron nuevamente en la Explanada de las Mezquitas --lugar conocido como Monte del Templo por los judíos-- y lanzaron gases lacrimógenos incluso en el interior de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes.
Tras ello, Hamás lanzó varios proyectiles contra Jerusalén y sus alrededores, lo que llevó a Israel a responder con una campaña de bombardeos contra el enclave, a la que las facciones palestinas han respondido incrementando sus disparo de cohetes, a pesar de los intentos de mediación de Egipto y otros países.
El recrudecimiento de los combates se ha visto además seguido por un aumento de los enfrentamientos entre judíos y musulmanes en varias ciudades de Israel y de Cisjordania, incluidas palizas e intentos de linchamiento, lo que ha hecho saltar las alarmas ante la posibilidad de un conflicto civil a gran escala.