MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Panamá se ha comprometido a atender las "principales necesidades" de Colón, ubicada en la costa caribeña, horas antes de que arranque el diálogo con los representantes locales para abordar los problemas endémicos de la ciudad.
Así lo ha anunciado el ministro de la Presidencia, Roberto Henríquez, tras la reunión preparatoria que los miembros de la comisión gubernamental que en las próximas horas viajará a Colón para iniciar el diálogo social han mantenido este martes.
"Podemos destacar que, a muy corto plazo, se trabajará en la limpieza, en el saneamiento, por ejemplo, se pintará el casco viejo de Colón, y los trabajadores serán colonenses", ha dicho Henríquez, según ha informado prensa presidencial en un comunicado.
La comisión gubernamental estará liderada por el ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega, e integrada por el titular de Vivienda, José Domingo Arias, y el de Salud, Javier Díaz. "Se ha designado a un pequeño grupo para que el diálogo fluya", ha dicho Henríquez.
Por parte de los colonenses participarán el gerente de la Zona Libre de Colón, Leopoldo Benedetti; el gobernador provincial, Pedro Ríos; y el alcalde; Dámaso García, aunque posteriormente se podrán sumar otros representantes sociales.
El escenario del diálogo social será la residencia del obispo de Colón, Audilio Aguilar, "para propiciar que se llegue a un entendimiento con las fuerzas vivas de Colón", ha apuntado el ministro de la Presidencia.
El inicio del diálogo entre el Gobierno y los colonenses se acordó el pasado 1 de noviembre, después de dos semanas de protestas contra la llamada Ley 72, con la que se pretendía autorizar la venta de terrenos de la Zona Libre, que se saldaron con tres muertos, entre ellos un niño, y decenas de heridos.
En este contexto, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, decidió derogar la norma jurídica e iniciar un diálogo con los representantes locales para acordar las nuevas condiciones de la Zona Libre, entre otras cuestiones.
La Zona Libre se creó en 1948 para aprovechar comercialmente el enclave del canal de Panamá. Desde entonces, miles de compañías de todo el mundo tienen una base de operaciones en ella, desde donde parten rutas hacia Japón, Estados Unidos y otros países latinoamericanos.