Actualizado 25/09/2015 16:44

El Papa reclama ante la ONU acciones y no declaraciones frente a los conflictos

   Vuelve a exigir "techo, trabajo y tierra" para cada pueblo y carga contra la "guerra del narcotráfico pobremente combatida"

   ROMA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El Papa Francisco ha reclamado, en un discurso en español ante la Asamblea General de la ONU, acciones, más que declaraciones, frente a los conflictos mundiales, la protección del medio ambiente y la lucha contra los excluidos y la pobreza.

   El Pontífice se ha convertido en el quinto Papa que ha dirigido un discurso ante la Asamblea General de la ONU en la sede de Nueva York, donde por primera vez se ha izado la bandera de la Santa Sede. Entre los más de 150 jefes de Estado y de Gobierno que escuchaban sus palabras, se encontraban la canciller alemana, Ángela Merkell, el Rey Felipe VI y el presidente de Cuba, Raúl Castro, con el que ha coincidido en varias ocasiones en su viaje previo a La Habana.

   Francisco ha reclamado un "examen de conciencia" que valore la respuesta dada en zonas del mundo conflictivas. En este sentido, ha pedido que no se caiga en un "nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias" y se tomen "decisiones críticas y globales" de cara a los conflictos mundiales que aumentan el número de excluidos y necesitados.

   Así, se ha referido directamente a Oriente Próximo, el norte de África y otros países africanos. En estas zonas, según ha señalado "los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos e incluso junto con aquella parte de los miembros de la religión mayoritaria que no quiere dejarse envolver por el odio y la locura, han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y haberes y han sido puestos en la disyuntiva de huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud".

   Sin embargo, no ha circunscrito su apelación a los casos de persecución religiosa o cultural, sino que lo ha extendido a cada situación de conflicto, "como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean".

CONTRA LAS INTERVENCIONES NO COORDINADAS

   "En las guerras y conflictos hay seres humanos singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que se convierten en material de descarte cuando solo la actividad consiste en enumerar problemas, estrategias y discusiones", ha exclamado. Por ello, ha sentenciado que "las intervenciones políticas y militares no coordinadas" entre los miembros de la comunidad internacional traen "consecuencias negativas".

   También ha pedido la prohibición de las armas nucleares, al tiempo que ha valorado como positivo el acuerdo nuclear con Irán. "El reciente acuerdo sobre la cuestión nuclear en una región sensible de Asia y Oriente Medio es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia. Hago votos para que este acuerdo sea duradero y eficaz y dé los frutos deseados con la colaboración de todas las partes implicadas", ha señalado al respecto.

   En este sentido, ha insistido en que "no bastan los compromisos asumidos solemnemente, aun cuando constituyen un paso necesario para las soluciones" porque el mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad "efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas".

   Todas ellas deben servir para preservar y mejorar el medio ambiente y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado". "Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos", ha explicitado.

   En todo caso, ha precisado que solo cuando respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, "sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias", se alcanzan resultados de paz.

   En este sentido, ha alertado de que "cuando se confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico".

RESPETO A LA VIDA

   El Pontífice también ha pedido que se ponga el valor el respeto de la sacralidad de cada vida humana, de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los que se juzgan descartables porque "no se les considera más que números de una u otra estadística".

   "En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (discapacitados) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política", ha lamentado.

   El Papa ha señalado que toma conciencia de su "grave responsabilidad al respecto" y ha alzado la voz junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas. Así, ha evidenciado que tanto la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Conferencia de París sobre cambio climático son grandes esperanzas.

   Por ello, ha indicado que es necesario contar con instrumentos técnicos de medida, aunque ha concretado que esto entraña un doble peligro: "Limitarse al ejercicio burocrático de redactar largas enumeraciones de buenos propósitos -metas, objetivos e indicadores estadísticos-, o creer que una única solución teórica y apriorística dará respuesta a todos los desafíos".

   En suma, el Papa ha reclamado a los políticos que trabajan para dar el mínimo absoluto a los pueblos. "Ese mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad del espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y los otros derechos cívicos", ha subrayado.

CORRUPCIÓN DE LAS INSTITUCIONES

   Por otro lado, el Pontífice ha denunciado que el narcotráfico es una guerra "pobremente combatida", al tiempo que ha alertado de que la corrupción resta "credibilidad" a las instituciones. Así, ha señalado que el narcotráfico "silenciosamente se viene cobrando la muerte de millones de personas" y ha señalado que es un tipo de "conflictividad" a la que acompañan "la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción".

   "Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones", ha concretado.