Actualizado 26/06/2012 18:04

Paraguay.- Lugo ve difícil un regreso a la Presidencia aunque resalta que "nada es imposible en la política"

Iniciará una gira nacional para explicar "lo que realmente pasó el viernes negro de la política paraguaya"


ASUNCIÓN, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

El expresidente paraguayo Fernando Lugo ha reconocido este martes que ve muy difícil su regreso a la jefatura del Estado tras su destitución por el Congreso el pasado viernes, debido a la existencia de un acuerdo entre los partidos tradicionales y sectores de poder "que siempre han tenido todos los beneficios". Sin embargo, ha indicado que "nada es imposible en la política".

En una entrevista concedida a la cadena Telesur, Lugo ha destacado, además, la "gran resistencia paraguaya" que ha surgido en su apoyo, que se ha evidenciado en manifestaciones "por la democracia y el Estado de derecho" tanto en la capital, Asunción, como en diferentes departamentos del país.

Lugo ha destacado que los líderes de las formaciones políticas que "responden a una clase privilegiada" acordaron separarle de la Presidencia porque notaron que las políticas públicas y sociales que impulsó en el país le daban popularidad a su Gobierno, y "querían cortarle las alas a este proceso". "Nosotros queríamos llegar a los ciudadanos que no se sentían representados por los políticos tradicionales", ha asegurado.

El Senado paraguayo aprobó el viernes pasado la destitución de Lugo tras la celebración de un "juicio político" en su contra por los disturbios ocurridos hace dos semanas en la localidad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú (sureste), donde 17 personas murieron en enfrentamientos entre campesinos y policías.

La Constitución de Paraguay contempla en su artículo 225 que el presidente de la República puede ser sometido a un juicio político "por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por delitos comunes". La acusación debe ser presentada por la Cámara de Diputados con el apoyo de dos tercios de los legisladores.

Con respecto a las manifestaciones que han surgido en el país tras su destitución, Lugo ha rechazado la posibilidad de que el Gobierno en funciones, dirigido por Federico Franco, su antiguo vicepresidente, reprima a "ciudadanos pacíficos". Ha puntualizado que justamente para evitar la violencia en su país decidió afrontar el juicio político.

DOS GOBIERNOS

De acuerdo con Lugo, en Paraguay coexisten actualmente dos gobiernos: uno legítimo, elegido por el pueblo, y otro ilegítimo, aunque tenga "ropaje legal" y las herramientas constitucionales. "No se puede decir que aquí no pasó nada", ha resaltado. Además, ha insistido en que durante "el viernes negro de la política paraguaya" ocurrió un golpe de Estado que destituyó sin razón al presidente elegido por la mayoría en 2008, y que gran parte de la comunidad internacional así lo ha manifestado.

De igual manera, ha comentado que recibió el respaldo de los jefes de Estado de la región, como José Mujica, de Uruguay; Dilma Rousseff, de Brasil; Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; y Hugo Chávez, de Venezuela, así como de los ministros de Exteriores de otros países. "Me han dado apoyo, ellos conocen de la trayectoria y el proceso paraguayo", ha indicado.

Por otro lado, ha comentado que antes de su destitución, representantes de la Iglesia paraguaya le habían pedido que renunciara y que, a cambio, no sería imputado penalmente. Sin embargo, él rechazó lo que tildó de "canje político" y los instó a dirigirse al Parlamento para que impidieran la realización de un juicio político "injusto, irracional y sin motivo".

Asimismo, Lugo ha señalado que la próxima semana iniciará una gira nacional para explicar "lo que realmente pasó" la semana pasada. Ha manifestado que en su país hay "un nuevo despertar ciudadano, social y político", con iniciativas de resistencia, protesta y descontento generalizado por el procedimiento que derivó en su destitución.

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