Actualizado 05/03/2015 16:55

Peña Nieto enfrenta un momento decisivo para recuperar su credibilidad

PEÑA NIETO
Foto: EDGARD GARRIDO / REUTERS

MÉXICO DF, 5 Mar. (Reuters/Notimérica) -

   El presidente de México, Enrique Peña Nieto, está viviendo uno de los peores momentos al frente del Ejecutivo, acosado por la persistente violencia, los conflictos de interés y una débil economía. Las elecciones intermedias en el país, el próximo 7 de junio, serán decisivas, por lo que Peña Nieto está enfrentando la presión con cambios en su gabinete.

   Desde la desaparición el pasado septiembre de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, estado de Iguala, la aprobación de la gestión de Peña Nieto ha caído a un 40 por ciento. Aún no se ha confirmado, pero los 'normalistas' habrían sido masacrados por un grupo delictivo con el apoyo de policías.

   Unos meses antes de la tragedia de Iguala, la prensa local reveló las sospechas de que Peña Nieto, su mujer y su secretario de Hacienda habrían comprado casas a contratistas favorecidos por el Gobierno. Como consecuencia, el presidente tuvo que cancelar una millonaria licitación para un tren de alta velocidad que involucraba a uno de esos contratistas.

   El mes pasado, el diario estadounidense 'The New York Times' reveló que un ex gobernador del partido del presidente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), del estado de Oaxaca, uno de los más pobres del país, tenía lujosas propiedades en Nueva York. La noticia despertó críticas incluso dentro del partido.

   A todo esto se suma la economía, que no logra despegar ante el débil consumo interno y la declinante producción de petróleo en un contexto internacional en el que el precio del petróleo no para de caer. La conjunción de problemas en el ámbito nacional y exterior ha obligado a Peña Nieto a tomar medidas para recuperar su credibilidad.

   Le quedan todavía cuatro años al frente de la Presidencia de la nación, ya que los períodos de Gobierno en México son de seis años. Sin embargo, ante las inminentes elecciones intermedias, que renuevan los poderes electorales en cada uno de los estados, no está claro que el partido del presidente vaya a obtener resultados favorables.

   "Todos los Gobiernos tienen una crisis. A este le llegó demasiado pronto, y tendrá que enfrentarla", ha afirmado el vicepresidente de la cámara de Diputados y miembro del PRI, Francisco Arroyo.

   La semana pasada Peña Nieto realizó el primer cambio y destituyó al fiscal federal, Jesús Murillo Karam, encargado de la investigación de los estudiantes. En su lugar, designó a Arely Gómez, una senadora que ha recibido críticas por ser hermana de un directivo de la cadena de medios Televisa, considerada cercana al poder.

   Los legisladores del PRI aseguran que los cambios de gabinete son una decisión exclusiva del presidente. Pero a puertas cerradas, creen que varios miembros de su equipo tienen que ser reemplazados. "Yo ya los hubiera cambiado a todos, ninguno se salva", ha afirmado un legislador que pide permanecer en el anonimato.

LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE

   El mismo Peña Nieto ha reconocido una crisis de liderazgo, afirmando en una entrevista con el diario británico 'The Financial Times' que "hoy sin duda hay una sensación de incredulidad y desconfianza". Aunque consiguió durante su primer año aprobar reformas económicas que se habían retrasado durante años, dos de sus hombres de confianza, hábiles negociadores en las reformas, han sido duramente criticados: El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y el de Gobernación, Miguel Osorio Chong.

   A Videgaray le critican por la pobre expansión de la economía y porque habría comprado una casa en condiciones que parecen ventajosas al Grupo Higa. Por su parte, Osorio ha logrado capturas de capos del narcotráfico, pero al menos cinco estados del país aún viven bajo el yugo de la violencia. Algunos legisladores apuestan a que al coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, será el sucesor de Chong.

   Las cosas no pintan muy bien para el PRI de cara a las elecciones intermedias, que también definirán a nueve gobernadores y cientos de alcaldes y legisladores locales en varios estados. El apoyo que cosecha el PRI para las elecciones se desplomó del 42 al 30 por ciento entre noviembre y febrero, según una encuesta de la firma Buendía y Laredo. Su rival, el Partido Acción Nacional (PAN), aprovechó parte de esa caída y ganó dos puntos porcentuales de respaldo.

LUCHAR CONTRA LA CORRUPCIÓN

   Peña Nieto podría recuperar cierta credibilidad en su lucha contra la corrupción, ya que hay varios ex gobernadores y ex líderes sindicales sobre los que existen sospechas o casos abiertos. De hecho, diputados de distintos partidos aprobaron hace pocos días un sistema nacional anticorrupción que contempla crear un tribunal de cuentas para llevar los casos más grandes en coordinación con los poderes ejecutivo y legislativo.

   La Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el Congreso, que se integraría en el nuevo sistema, detecta todos los años irregularidades y desvíos millonarios del gasto federal. Sin embargo, pocas veces sus investigaciones tienen consecuencias. De momento, Peña Nieto tiene tres meses para recuperar apoyos de cara a las elecciones intermedias.