MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha tomado juramento a cuatro nuevos ministros que se desempeñarán al frente de las carteras del Interior, Energía y Minas, Agricultura y Transportes y Comunicaciones.
Así, Dimitri Nicolas Semache ha jurado el cargo de ministro del Interior en sustitución de Alfonso Chávarry; Javier Fernando Arce ha hecho lo propio al frente de Agricultura y en reemplazo de Óscar Zea, según detalla el diario peruano 'La República'.
Ambos ministros salientes han sido cuestionados por parte del Parlamento en las últimas semanas, e incluso contra Zea se llegó a presentar una moción de interpelación aludiendo a su "ineficiente gestión".
Junto a Semache y Arce, el presidente Castillo ha tomado juramento a Alessandra Gilda Herrera y Juan Maruo Barranzuela, quienes liderarán a partir de ahora la cartera de Energía y Minas y la de Transporte y Comunicaciones, respectivamente.
Estos cambios en el gabinete del primer ministro, Aníbal Torres, ya habían sido avanzados anteriormente por la ministra de Trabajo, Betsy Chávez, si bien es cierto que en ningún momento dejó entrever quienes podrían ser los nuevos ministros.
Este nuevo baile de ministros en el Gobierno de Perú ha provocado ya la reacción del secretario general del partido oficialista Perú Libre, Vladimir Cerrón, quien ha afeado al Ejecutivo la "derechización del sector minero", algo que teme que provocará un incremento de los conflictos.
Cerrón ha lanzado un mensaje en su perfil de la red social Twitter en el que ha lamentado que el cambio de un ministro "graduado en la Unión Soviética", como era el caso de Carlos Palacios, por una persona que ha sido "pasante en eventos del Departamento de Estado de Estados Unidos".
Las críticas no solo han salido desde Perú Libre, sino que gran parte de las bancadas del Parlamento --como Somos Perú, Avanza País o Renovación Popular-- han afeado este nuevo cambio en el Gabinete ministerial, si bien es cierto que la continuidad del primer ministro Torres parece no estar en duda.
En caso de que se impulse una moción de censura contra Torres, y esta salga adelante, el presidente Castillo estaría entonces avalado para disolver el Parlamento, algo que desde la oposición se está tratando de evitar.