MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha derogado el estado de emergencia y el toque de queda en Lima y Callao, en medio de manifestaciones y enfrentamientos de ciudadanos con la Policía en las inmediaciones del Congreso, así como protestas en distintas ciudades peruanas.
"Debo anunciar que a partir de momento vamos a dejar sin efecto esta inamovilidad y corresponde llamar a la tranquilidad del pueblo peruano", ha declarado Castillo, según ha informado el diario 'Gestión'.
Así, el presidente ha explicado que "las medidas que se toman, como la de la noche de ayer (estado de emergencia y toque de queda), no es de ninguna manera para ir contra el pueblo. Es para resguardar la salud y vida de los compatriotas", tal y como recoge el diario peruano 'El Comercio'.
En este sentido, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, se ha pronunciado sobre el levantamiento del toque de queda que ha anunciado Castillo, durante una reunión con miembros del Parlamento.
"El primer logro tangible de la reunión en el Congreso con representantes del Ejecutivo: Ante el reclamo plasmado en el comunicado de la Junta de Portavoces, el presidente Castillo anuncia que se levanta la inamovilidad. ¡El pueblo lo hizo!", ha recalcado Alva en su cuenta de Twitter.
La primera vicepresidenta del Congreso, Lady Camones, ha solicitado nuevamente la renuncia de Pedro Castillo.
El toque de queda ha estado vigente este martes en la ciudad de Lima y en Callao, desde las 02.00 y hasta las 23.59 horas (hora local). Sin embargo, cientos de ciudadanos de varios distritos de Lima lo han ignorado y han salido a las calles para protestar contra el Gobierno del presidente Pedro Castillo.
Más de 2.000 conductores de autobuses de la región de Cuzco se sumaron este lunes a un paro nacional de 48 horas convocado por la Unión de Gremios de Transporte Multimodal del Perú por los altos precios del combustible y la nueva normativa sobre transportes, ha explicado un portavoz del colectivo, Pedro Banda, citado por la cadena TeleSur.
El colectivo de transportistas de carga pesada lleva diez días consecutivos de paro en protesta por el aumento del precio del combustible y a consecuencia del cual se ha registrado también un alza en el coste de los alimentos perecederos en los mercados peruanos.