Publicado 11/05/2021 18:32

Portugal.- Costa cancela su agenda y viaja al Alentejo para abordar la crisis habitacional de los temporeros extranjeros

El primer ministro de Portugal, António Costa
El primer ministro de Portugal, António Costa - PEDRO FIUZA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro de Portugal, António Costa, ha decidido posponer sus encuentros previstos para este martes por la tarde y trasladarse hasta el municipio de Odemira, en la región de Alentejo, después de varios días en los que ha vuelto a ponerse de relieve una de las viejas problemáticas que arrastra esta pequeña localidad, las malas condiciones laborales que sufren los temporeros.

Esta semana, las autoridades locales han identificado más de cien alojamientos, en condiciones insalubres, en los que se hacinan más de 300 personas, migrantes sobre todo de Nepal, Pakistán, India y Bangladesh, que acuden al municipio para trabajar en el campo.

Una suerte de esclavitud moderna de la que el propio alcalde de Odemira, José Alberto Guerreiro, se ha hecho eco hace unos días, afirmando que se producen situaciones "extrañas" relacionadas con la contratación de personas de fuera, "un problema que sobrepasa la actividad agrícola".

"Estamos ante una situación en la que ya se han identificado más de un centenar de lugares", ha dicho Guerreiro, según recoge la agencia Lusa. Sin embargo, ha reconocido que solucionar este problema "es un trabajo que llevará algún tiempo" y que "no será posible realojar a todas las personas en esta etapa".

Sin embargo, ha sido la pandemia de la COVID-19 la que ha acabado por sacar a flote un problema que llevan varios años denunciando en Portugal. Las insalubres condiciones sanitarias a las que tienen que hacer frente han provocado un aumento de los casos de coronavirus en muchos de estos trabajadores, quienes han sido reubicados en un complejo turístico, previamente requisado por el Estado.

El Gobierno ha alegado "fuertes motivos de interés público" para requisar el complejo turístico Zmar para reubicar a decenas de trabajadores, trece de los cuales todavía continúan en sus instalaciones, en una orden ejecutiva en la que también se estableció "el pago de la indemnización por las pérdidas derivadas".

"Sobre la resolución de requisa civil existían, y siguen existiendo, fuertes y manifiestas razones de interés público, que corresponden al cumplimiento de los deberes del Estado de defender la vida, la integridad física y la salud de todos los portugueses y extranjeros residentes en territorio nacional", señala el Gobierno portugués, según recoge la cadena pública RTP.

No obstante sus dueños ya han solicitado una cautelar a los tribunales, impugnada a su vez por el Gobierno, para bloquear esta decisión, impuesta en base al estado de calamidad que vive la región, con una incidencia superior a los 560 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media nacional está en 53,8.

La situación ha provocado el malestar de la población, pues observa cómo mientras el resto del territorio avanza rápidamente a las siguientes fases del plan de desescalada, dos parroquias del municipio, Longueira-Almograve y Sao Teotónio, continúan por segunda semana consecutiva atascadas en el bloqueo.

El alcalde de Odemira ha pedido al Gobierno de Costa que ponga fin "de inmediato" al cordón sanitario y ha calificado de "ridícula" la orden de Lisboa de exigir a los trabajadores que se desplazan por estas dos parroquias que muestren una prueba negativa de coronavirus.

Por su parte, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha señalado que la situación de Odemira tiene que "conllevar muchas consecuencias políticas", pues no solo "hay que investigar si se están produciendo situaciones criminales", sino también "pensar en el problema de los inmigrantes que están ahí trabajando".