Publicado 07/04/2024 13:49

El presidente de Ruanda denuncia la pasividad internacional en la conmemoración del genocidio: "Nos fallaron a todos"

Archivo - September 5, 2023, Nairobi, Kenya: Rwanda president Paul Kagame speaks during the Africa Climate Summit at the Kenyatta International Conference Centre in Nairobi.
Archivo - September 5, 2023, Nairobi, Kenya: Rwanda president Paul Kagame speaks during the Africa Climate Summit at the Kenyatta International Conference Centre in Nairobi. - Europa Press/Contacto/John Ochieng - Archivo

MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, ha denunciado este domingo la pasividad de la comunidad internacional durante el genocidio de 1994 que costó las vidas de unas 800.000 personas durante cien días de exterminio de la población tutsi y de hutus moderados, en la conmemoración del 30º aniversario de las matanzas.

"La comunidad internacional nos falló a todos, bien por desprecio o bien por cobardía", ha manifestado Kagame durante la ceremonia que está teniendo lugar en la capital ruandesa, Kigali.

El mandatario ha presidido la ceremonia acompañado de numerosos líderes africanos, así como del expresidente estadounidense Bill Clinton y el presidente de República Checa, Petr Pavel, cuyo país está reconocido por las autoridades ruandesas como uno de los pocos que denunciaron abiertamente el genocidio en sus primeros días.

Un devastador informe de la ONG Human Rights Watch publicado en 1999 extendía parte de responsabilidad de las masacres tanto al personal de la ONU, como a los tres gobiernos extranjeros principalmente involucrados en Ruanda.

A los primeros, "por no haber proporcionado información y orientación adecuadas a los miembros del Consejo de Seguridad"; a Bélgica, por haber "retirado sus tropas precipitadamente y por haber defendido la retirada total de la fuerza de la ONU"; a Estados Unidos "por haber antepuesto el ahorro de dinero a salvar vidas y por frenar el envío de una fuerza de socorro"; y a Francia, "por haber continuado apoyando a un gobierno involucrado en genocidio".

El presidente ruandés terminó su discurso asegurando que, 30 años después, su país sigue consternado "por la magnitud de esta pérdida". "Y las lecciones que aprendimos", ha remachado, "están grabadas en sangre".