Actualizado 09/06/2009 20:12

Protesta indígena se desvanece, surge fisura en Gobierno peruano

Por Marco Aquino

YURIMAGUAS, Perú (Reuters/EP) - La mayor protesta indígena contra el Gobierno neoliberal de Alan García quedó reducida el martes al bloqueo parcial de una carretera, mientras ambas partes hablaban de una tregua tras un cruento enfrentamiento en torno a una ley de atracción de inversiones.

El líder de los indígenas amazónicos, Alberto Pizango, salió del frente de lucha al buscar asilo el lunes en la embajada de Nicaragua; en tanto que el Gobierno sufrió la renuncia de su ministra de la Mujer, Carmen Vildoso, y admitió la posibilidad de que la crisis provoque a corto plazo un reajuste en el gabinete.

La demanda principal de los pueblos originarios -derogación de una ley para explotar la Amazonía que consideran atentatoria contra sus territorios- quedaba sin solución al cumplirse casi dos meses de bloqueos y otras protestas que dejaron decenas de muertos en el último fin de semana.

Los enfrentamientos, según el Gobierno, dejaron 24 policías y nueve indígenas muertos, aunque los originarios manifestantes aseguran que sufrieron más de 30 bajas.

"Hoy estamos declarando una tregua de un día en nuestra lucha, para dejar pasar vehículos y que la gente no esté desabastecida", dijo el dirigente Vladimiro Tapayuri al anunciar la apertura durante cuatro horas de la vía amazónica que los indígenas bloquean desde hace más de un mes cerca de Yurimaguas.

El indígena de la tribu cocama cocamilla consideró a Pizango un "perseguido político" y dijo que la movilización "continuará con él o si él hasta derogar las leyes que afectan al pueblo".

La más polémica de esas leyes, concebida para llevar inversiones a la explotación de hidrocarburos, maderas y otros recursos amazónicos, es defendida por el Gobierno como clave para facilitar la aplicación de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, un acuerdo resistido por los indígenas.

Varios centenares de indígenas acompañaban a Tapayuri en el bloqueo cerca de Yurimaguas, a diferencia de los miles que estuvieron congregaron el pasado fin de semana en ese punto, a unos 200 kilómetros al este de la región de Bagua donde se produjeron los choques más violentos de la protesta.

En Lima, entretanto, el primer ministro Yehude Simon lamentó la renuncia de la ministra Vildoso y admitió que la crisis podría provocar cambios en el gabinete, incluso su propia salida.

La ministra había discrepado abiertamente con el manejo político de las demandas indígenas.

Por ahora "es evidente que no le podemos dar la razón a quienes están viendo que todo el problema es la renuncia del gabinete (...), hoy más que nunca el Gobierno y Perú necesitan estabilidad", dijo Simon a la radio RPP, en respuesta a una consulta sobre si consideraba la posibilidad de renunciar.

"Quiero que se dé tiempo y la paciencia suficiente para ayudar a resolver este problema y en ese momento poder dar el paso que se requiere en función de lo que requiere también el Presidente de la República", agregó el primer ministro, cuya salida del Gobierno fue exigida por sectores de oposición.