BUENOS AIRES, 30 Nov. (Notimérica) -
El Tribunal Federal de Argentina ha condenado este miércoles a cadena perpetua al exoficial de la Armada Alfredo Astiz conocido como 'Ángel Rubio' o 'Ángel de la muerte', junto a 29 de los 54 imputados por delitos de lesa humanidad en la megacausa de la principal cárcel clandestina de la dictadura, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
El exoficial es el máximo representante de esta masacre. Un hombre perverso que, incluso en el momento de ser juzgado por sus crímenes contra la humanidad, se mostró desafiante al asegurar que no se arrepiente de nada y que jamás pediría perdón de algo de lo que se siento orgulloso.
Astiz nació en la ciudad argentina de Mar del Plata en 1951. Con una cara angelical combinada con su despiadado trato con sus víctimas le valieron su terrorífico apodo: 'El ángel de la muerte'.
Después de producirse el golpe de Estado de 1976, que dio origen al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, Astiz fue asignado para trabajar en la ESMA. En esta escuela creó un centro clandestino de detención para realizar operaciones ilegales. Se estima que fueron detenidos y secuestrados alrededor de 5.000 personas, de las cuales menos de un 5% sobrevivieron.
Un año más tarde, este militar adoptó la identidad de Gustavo Niño para infiltrarse en la organización que intentaba ubicar a personas desaparecidas por el Gobierno de facto, Madres de Plaza de Mayo. Su estrategia consistía en hacerse pasar por un familiar y por medio de un abrazo o un beso los marcaba para que los grupos paramilitares secuestraran a sus víctimas. Esa fue la suerte que corrieron Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce, fundadoras de la organización.
Del mismo modo, también marcó el destino de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, quienes tras permanecer cautivas en el centro de torturas fueron arrojadas al agua desde un avión militar en en los llamados "vuelos de la muerte".
Con los años fue nombrado capitán de fragata de la Armada Argentina. Durante la Guerra de las Malvinas, librada en 1982 entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de ese territorio, el 'Ángel de la muerte' integró un grupo de comandos encargado de la defensa del archipiélago. Sin embargo, el exmarino se rindió sin ofrecer resistencia y fue tomado como prisionero por las fuerzas británicas.
Francia lo condenó en 1990 a prisión perpetua por los crímenes de las monjas, recibió la misma condena por parte del Estado italiano y del español, cuando el juez Baltasar Garzón solicitó su captura y extradición junto otros militares argentinos acusados de genocidio.
En 2004, fue procesado en la megacausa ESMA y puesto en una cárcel militar. En 2007 el Astiz fue trasladado a una cárcel común, donde aguardó el juicio. En 2011 recibió la primera condena a prisión de por vida e inhabilitación absoluta y perpetua, que fue confirmada en 2014. El 29 de noviembre de 2017, durante el tercer tramo de los juicios, el exoficial de la Armada, uno de los máximos símbolos del terrorismo de Estado argentino, volvió a ser condenado a cadena perpetua.
Los crímenes de la dictadura argentina de la que participó el 'Angel de la muerte' dejaron un total de 30.000 desaparecidos.