Actualizado 30/11/2018 10:28

¿Quién va a ayudar y quién va a tratar de hundir al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

PRESIDENTE MÉXICO ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR
REUTERS
   

   CIUDAD DE MÉXICO, 30 Nov. (Notimérica) -

   Mañana sábado México será partícipe oficialmente del cambio de bandas presidenciales. Tras cinco meses de transición, el nuevo Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador tomará las riendas de la nación azteca, cuya lista de expresidentes será engrosada al mismo tiempo por Enrique Peña Nieto, líder de las últimas dos legislaturas con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien sale de la residencia de Los Pinos con un bajo apoyo social.

   Puede decirse que AMLO, como se conoce popularmente al fundador del Movimiento de Revolución Nacional (MORENA), ha sido el referente político a nivel internacional y nacional desde que se hiciera con la victoria electoral más histórica de todos los tiempos en México la pasada jornada del 1 de julio de 2018. Ese día, 89 millones de ciudadanos estaban llamados a las urnas, y finalmente alrededor de 56 millones participaron en las votaciones de una lista nominal sin precedentes.

   Sobre una sensación general de descontento por los altos índices de corrupción y de violencia en el país, AMLO fue elegido presidente de México con el 53 por ciento de los votos. Su partido se aseguró la mayoría en el Congreso, con 191 diputaciones y 55 senadurías, y cuatro de las ocho gubernaturas que estaban en juego. Así, la primera legislatura de López Obrador aparenta holgura, al tiempo que el apoyo dado por los mexicanos en las recientes consultas populares llevadas a cabo ya ha sido notable.

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   Por el contrario, y como se pudo ver durante los meses de campaña electoral, la figura de AMLO está asimismo sujeta a ser odiada y rechazada por muchos. Movimientos como el que promovía a través de las redes sociales la "pejefobia" --ese concepto que describe el miedo al "peje", mote con el que se conoce al presidente electo por el pez llamado pejelagarto de Tabasco, lugar de nacimiento de López Obrador--, no cesarán durante los próximos años. Pero este tipo de hechos no serán los que más perjudiquen al futuro mandatario, quien se verá obligado a lidiar con ataques --directos e indirectos, públicos y ocultos--, que tratarán de hundir su imagen y Gobierno.

   Al mismo tiempo, AMLO cuenta con una serie de apoyos, un selecto grupo de personas en las que el tabasqueño ha plasmado su confianza después de tres intentos presidenciales y una larga carrera política a sus espaldas. Un artículo publicado por la consultora de comunicación española 'Llorente&Cuenca' clasificaba en tres clases los grupos de apoyo del nuevo Gobierno. Tal y como indica la publicación, "aquellos grupos con capacidad de influir en la figura presidencial tendrán la oportunidad de hacerlo en cualquier dimensión del Gobierno".

   Así, establece en primer lugar los integrantes de lo que denomina como 'Círculo Rojo': "personas muy cercanas al mandatario y con las que generalmente comparte un vínculo personal [...] perfiles que tienen calidad de incondicional y la capacidad de cuestionar o examinar algunas de las decisiones importantes de AMLO". Entre ellos se incluye a sus hijos y su esposa, junto con "la jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México y fiel defensora durante más de quince años del proyecto de López Obrador, Claudia Sheinbaum", entre otros.

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   En segundo lugar, el grupo de 'Operadores', conformado por "personajes que han demostrado resultados sobresalientes en beneficio de la figura presidencial a lo largo de los años y a los que se les valora su eficacia a la hora de cumplir con sus tareas en el ámbito de la política", como la presidenta nacional de MORENA, Yeidckol Polevnsky, y la diputada federal, Tatiana Clouthier; la secretaria de Energía, Rocío Nahle; Bertha Luján, madre de la secretaria

   del Trabajo, María Luisa Alcalde, quien ha acompañado a AMLO desde su paso por el Gobierno de la Ciudad de México, etc.

   Finalmente, 'Los profesionales'. El tercer grupo de influencia incluye a "los políticos profesionales de alto perfil que no forman parte de los círculos críticos de confianza del presidente electo" pero cuya "cercanía es de vital interés para el tabasqueño por su utilidad a la hora de afrontar los desafíos que encontrará durante su mandato". Entre ellos, "el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, los senadores Ricardo Monreal y Martí Batres, la vicepresidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, y su exesposo, René Bejarano".

   Pero, como se ha indicado, no todo será apoyo al presidente. Andrés Manuel López Obrador ha levantado mucha incertidumbre. Este mismo martes, la principal referencia del mercado mexicano (IPC) caía hasta un 4,2 por ciento alcanzando el nivel más bajo en más de cuatro años, un comportamiento que los expertos relacionaron con la volatilidad política a pocos días de las llegada de AMLO a la Presidencial de México. De hecho, el Banco de México ha reconocido que la incertidumbre de las decisiones del próximo Gobierno está condicionando la economía azteca, incluso rebanjándose la previsión de crecimiento para 2019.

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   Son los empresarios nacionales e internacionales, así como las élites, los que más podrían presionar al nuevo Gobierno. Durante la campaña electoral se dio a conocer cómo los directivos de algunas empresas, como Aeroméxico, pidieron a sus empleados que "no voten enojados", algo que algunos interpretaron como una alusión al candidato de izquierdas. Ahora, con la llegada de López Obrador a Los Pinos, las presiones podrían ir más allá de meras sugerencias.

   La anulación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, si bien satisfizo los objetivos de grupos ecologistas que defendían la protección de Texcoco, muchos empresarios vieron como caían sus pretensiones de inversión. Igualmente, la expectación por el modelo de negocio que adoptará Petróleos Mexicanos (Pemex), o las iniciativas legislativas sobre el sistema bancario, se postulan como fuente de escrutinio, más cuando López Obrador va a heredar un panorama económico que solo ha visto un crecimiento modesto durante las últimas décadas, como recuerda 'The New York Times en Español'.

   Por otro lado, López Obrador deberá optar por un discurso más contundente y menos conciliador con su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien ha protagonizado varias humillaciones a los ciudadanos latinos residentes en Estados Unidos --muchos de ellos de origen mexicano--, así como una postura racista y xenófoba respecto a la población migrante procedente de Centroamérica y México. Si bien, hasta el momento, la relación entre ellos parece cordial, especialmente después de que anunciara que respetará las negociaciones relacionadas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), AMLO será sometido a una gran presión social por la defensa del país y su soberanía frente a Estados Unidos.

   Pero es la sociedad mexicana la que más puede hacer peligrar al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Con un discurso basado en la defensa de los derechos sociales y de la democracia, en el que la igualdad y la comunidad son básicos para una adecuada convivencia, la pérdida del respeto y de la legitimidad hacia él será su peor presión. Más, cuando su política pretende llevar a cabo múltiples consultas públicas. Tal y como ha indicado al medio mencionado con anterioridad el profesor de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana Carlos Illades, también experto en historiador de la izquierda mexicana, "el mayor problema que veo son las expectativas que él ha construido", asegurando que "el problema será lo que no sea capaz de hacer. Hay personas que esperan mucho".