Publicado 20/08/2025 06:35

Amistía denuncia que "la brutalidad" del M23 y las milicias afines a RDC "no conoce límites"

Archivo - GOMA (DR CONGO), Feb. 8, 2024  -- Displaced people are seen in a refugee camp on the outskirts of Goma, North Kivu province, Democratic Republic of the Congo, on Feb. 8, 2024. Escalating violence in eastern Democratic Republic of the Congo (DRC)
Archivo - GOMA (DR CONGO), Feb. 8, 2024 -- Displaced people are seen in a refugee camp on the outskirts of Goma, North Kivu province, Democratic Republic of the Congo, on Feb. 8, 2024. Escalating violence in eastern Democratic Republic of the Congo (DRC) - Europa Press/Contacto/Zanem Nety Zaidi - Archivo

MADRID 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional ha denunciado este miércoles la "brutalidad" con la que actúan tanto el Movimiento 23 de Marzo (M23) --respaldado por Ruanda-- como las milicias Wazalendo --afines a Kinshasa-- en el este de República Democrática del Congo (RDC), lo que incluye ejecuciones sumarias, torturas, violaciones, desapariciones forzadas, entre otros abusos de Derechos Humanos.

"La brutalidad de las partes enfrentadas no conoce límites; estas atrocidades tienen como objetivo castigar, intimidar y humillar a la población civil, mientras cada bando intenta imponer su control", ha declarado el director de la ONG para África oriental y austral, Tigere Chagutah.

La ONG ha concluido que las dos partes enfrentadas "infrigen el Derecho Internacional Humanitaria" con actos que, además advierte, "podrían constituir crímenes de guerra" y que ha detallado en el informe "Dijeron que íbamos a morir: Los abusos cometidos por el M23 y Wazalendo en el este de RDC".

El documento recopila estas violaciones gracias a las más de 53 víctimas y testigos entrevistados por Amnistía y entre las que se encuentran "sobrevivientes de violaciones en grupo, víctimas de abusos, familiares de víctimas de homicidio ilícito, detención o desaparición forzada, miembros de la sociedad civil, defensores de Derechos Humanos" así como profesionales de la abogacía, la medicina, personal humanitario y periodistas. La organización se ha valido además de pruebas audiovisuales e informes de medios de comunicación locales e internacionales y de organizaciones de Derechos Humanos y declaraciones oficiales del M23, no así del Ejército congoleño puesto que no ha respondido a una solicitud de información de la ONG.

La organización ha denunciado que "las mujeres no están seguras en ningún lugar" en esta zona del país africano, tras escuchar el testimonio de 14 supervivientes de violencia sexual, ocho de ellas a manos del M23, cinco por combatientes de Wazalendo y una víctima de un miembro del Ejército congoleño. "Las violan en sus hogares, en los campos o en los campamentos donde buscan refugio. El mundo debe decir basta. Todas las partes enfrentadas deben dar prioridad a la protección de la población civil, incluidas las mujeres y las niñas, que siguen siendo las más afectadas por este conflicto", ha agregado Tigere.

Amnistía ha acusado además al M23 de llevar a cabo ejecuciones sumarias, atacar a hospitales, secuestrar a pacientes, torturar y someter a civiles a la desaparición forzada, al tiempo que ha señalado la "creciente militarización" que está experimentando la zona oriental de RDC mientras el Ejército congoleño suministra "grandes cantidades de municiones y armas" a las milicias Wazalendo.

En este sentido, ha pedido al presidente de RDC, Félix Tshisekedi, que "cumpla su compromiso con la justicia y la rendición de cuentas y garantice la comparecencia ante la justicia de los combatientes de Wazalendo que cometieron delitos y la desmovilización y reinserción en la vida civil del resto". "Ya es hora", ha defendido.

Asimismo, ha instado a Ruanda a "garantizar que todas (sus) fuerzas de defensa en RDC respetan el Derecho Internacional Humanitario", recordando a Kinshasa y Kigali que "no pueden seguir eludiendo su responsabilidad" en el conflicto.

Por otra parte, ha solicitado a las autoridades qataríes que "presionen" al M23 para que abandone "los secuestros y las desapariciones forzadas" y a Estados Unidos que haga lo mismo para que el Gobierno congoleño "ponga en marcha un mecanismo de investigación de antecedentes con el fin de identificar y destituir a los miembros de grupos armados y a los agentes de las fuerzas de seguridad que puedan haber participado en la comisión de abusos o violaciones graves de Derechos Humanos".

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