Actualizado 28/09/2015 20:39

Rousseff en la ONU: Es "absurdo" impedir el libre tránsito de personas

   Sobre la crisis en Brasil: "Nuestros problemas son coyunturales"

   NUEVA YORK, 28 Sep. (Notimérica) -

   La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha abierto la 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York subrayando que es "absurdo" impedir el libre tránsito de personas por el mundo, en referencia a la crisis de los refugiados sirios.

   Rousseff ha reiterado una vez más que Brasil es un país multiétnico que está con los brazos abiertos para recibir a los refugiados, y ha añadido: "En un mundo donde circulan, libremente, mercancías, capitales, informaciones e ideas es absurdo impedir el libre tránsito de personas".

   En el ámbito de las cuestiones internacionales la presidenta también ha remarcado que "no se puede postergar" la creación de un Estado Palestino, y ha celebrado el acuerdo nuclear logrado con Irán y el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, mientras que ha pedido que se acabe el embargo a la isla.

   Desde hace meses la política internacional de Rousseff está siendo guiada por la lucha contra el cambio climático; en este sentido en su discurso ha repetido la promesa de que Brasil pretende reducir las emisiones de gases contaminantes un 37 por ciento para 2025 y en un 43 por ciento hasta 2030, porcentajes referidos a las emisiones de 2005.

   En clave interna, Rousseff se ha referido a la crisis económica que asola el país, remarcando que si bien se hicieron esfuerzos para que el país no se contagiase de la crisis mundial que estalló en 2008 esos esfuerzos han llegado "al límite" por una combinación de factores internos y externos, como el fin del ciclo de las 'commodities', la lenta recuperación de la economía mundial, la desvalorización del cambio, etc.

   A pesar de ello la presidenta ha dicho: "Brasil no tiene problemas estructurales graves, nuestros problemas son coyunturales", y ha remarcado que su Gobierno los está afrontando con reducción de gastos y "recortes drásticos", a pesar de que en realidad muchas de las medidas que propone no puede materializarlas debido a los problemas de gobernabilidad.

   La presidenta también ha aprovechado su discurso para lanzar algunos mensajes en clave interna, algunos hacia la oposición que pide su 'impeachment', al decir que la democracia brasileña se fortalece "cuando asume el límite de la ley como su propio límite" y que el país no cederá de las conquistas por las cuales luchó, en referencia a las amenazas que ella misma ha calificado en varias ocasiones de "golpistas".

   También ha habido algunas referencias veladas a la corrupción y al caso Petrobras: "El Gobierno y la sociedad brasileña no toleran y no tolerarán la corrupción. Queremos un país en el que los gobernantes se comporten rigurosamente según sus atribuciones, sin ceder a excesos. En que los jueces juzguen con libertad e imparcialidad, sin presiones de cualquier naturaleza y alejados de pasiones político-partidarias, jamás transgrediendo la presunción de inocencia de los ciudadanos", ha asegurado.

   Como es habitual en este tipo de discursos, Rousseff también se ha referido a los logros que el Partido de los Trabajadores (PT) ha cosechado en 12 años de Gobierno en materia social, aludiendo a los 36 millones de brasileños que han salido de la pobreza extrema o al hecho de que la ONU el año pasado sacara a Brasil del llamado 'Mapa del Hambre'.

   Finalmente, ha invitado a los mandatarios de todo el mundo a visitar Río de Janeiro el año que viene en ocasión de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, una ocasión, según Rousseff de "promover la paz, la inclusión social y la tolerancia".