BRASILIA, 17 Mar. (Notimérica) -
Tras la reelección de Rousseff como presidenta de Brasil, en 2014, la mandataria mostró en su discurso de victoria sus ansias de acabar con la corrupción, un discurso ante los miembros y simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasilia.
"Vamos a promover cambios en la legislación actual para acabar con la impunidad, que es la protectora de la corrupción", dijo una pletórica Rousseff en plena celebración de su victoria en las elecciones presidenciales de 2014.
Sin embargo, ahora, apenas dos años después, este férreo discurso contra la corrupción se vuelve en su contra. Dilma Rousseff ha nombrado de urgencia al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como Ministro de la Casa Civil, un nombramiento que le dota de aforamiento.
La situación de aforado evita la petición de la Fiscalía de São Paulo de prisión preventiva para el exmandatario, ya que a partir de ahora solo podría ser juzgado por el Tribunal Supremo.
Lula fue detenido brevemente el pasado 4 de marzo dentro de la Operación Lava Jato, para determinar cuál era su relación con algunas de las empresas ya salpicada por esta trama de corrupción y blanqueo de capitales. Las autoridades quieren aclarar, entre otras cuestiones, la propiedad de un tríplex de lujo.