Actualizado 02/08/2016 14:42

Rousseff: "El PT tiene que hacer autocrítica y 'mea culpa'"

Dilma Rousseff, presidenta depuesta de Brasil
UESLEI MARCELINO/REUTERS

   BRASILIA, 2 Ago. (Notimérica) -

   Han pasado casi dos meses desde que el 12 de mayo la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fuera suspendida en funciones temporalmente por su implicación en la trama de corrupción 'Petrobras'.

   En la actualidad, mientras que su sustituto y vicepresidente durante el mandato de la brasileña, Michel Temer, se encuentra sumergido en los preparativos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que comenzarán este viernes, Rousseff espera en el Palacio de Planalto la resolución del 'impeachment' en su contra.

   En esta vivienda de 7.300 metros cuadrados --uno de los beneficios que conserva como presidenta-- la mandataria concedió una entrevista a 'BBC Mundo', en la que se mostró con fuerzas para enfrentar el juicio político.

   "No me deprimo, querido. Un amigo me decía que estoy enferma porque no tengo esa enfermedad", comentó.

   No obstante, Rousseff, quien desde aquel 12 de mayo ha tildado de "golpe de Estado" su destitución, aseguró que ella, y no Temer, era la persona que debería ocupar un lugar destacado durante los Juegos.

"Mi lugar era en la tribuna de honor, no sólo por ser presidenta: porque en esto --de las Olimpiadas-- quien trabajó fui yo", declaró la mandataria.

   Sin embargo, Rousseff decidió que no irá a la ceremonia inaugural en el estadio de Maracaná, precisamente para evitar estar en una posición secundaria respecto a su sustituto temporal.

   En cuanto a su actual situación, la brasileña, acusada de tener conocimiento acerca de irregularidades en la compra de una refinería cuando lideraba el Consejo de Administración de la petrolera estatal, se mantiene firme en su posición.

"Cuando no tienes ningún indicio para saber, no puedes ser responsabilizado", apuntó.

   A pesar de esto, Rousseff sí que admite fallos en la actuación del sistema político en general y, más concretamente, de su formación, el Partido de los Trabajadores (PT).

"Creo que el sistema político de Brasil y el PT en particular tienen que hacer autocrítica y 'mea culpa', porque de una cierta forma fue contaminado por la política tradicional", consideró la mandataria.

   Este hecho, no obstante --bajo el punto de vista de Rousseff-- no justifica el trato que está recibiendo su partido. "Lo que está incorrecto en este proceso es la demonización del PT", declaró, al tiempo que agregó que "la realidad está mostrando que todos aquellos que hacían y tiraban piedras al PT también tienen sus tejados de vidrio y ahora están siendo investigados".

   Investigados y bajo la lupa de las autoridades, al igual que la propia Rousseff, que ha visto desaparecer sus funciones de mandataria en un supuesto "golpe de Estado" en su contra.

   "El principal cambio es que en el Gobierno tenía el peso de la responsabilidad de decidir en todo momento y a toda hora. No puedo estar sintiéndome más leve con la pérdida que tuve", le confesó a dicho medio y aseguró que "para un golpe de este tamaño es necesaria una movilización mayor".

"RECOMPOSICIÓN DEMOCRÁTICA"

   Por ello, Rousseff anunció que esta semana lanzaría una carta abierta al Senado y al pueblo brasileño en la que se comprometería a apoyar un plebiscito para salir de la crisis política, siempre y cuando la permitieran volver al poder mediante nuevas elecciones.

   "Sólo puede haber una recomposición de la democracia en Brasil a través de la consulta popular", anotó una Rousseff debilitada en la Presidencia pero optimista respecto a su futuro político.

   De hecho, la mandataria suspendida no dudó sobre que pasará a la historia como alguien "que derrotó el golpe" sin correr la suerte de uno de sus antecesores, Getúlio Vargas, quien se suicidó de un disparo en el corazón ante la crisis política que enfrentaba el país.

"Creo que también voy a ser conocida como la primera mujer que, pese a todo, no se dio un tiro en el pecho y tampoco renunció", sentenció.