Moscú confirma un descenso de los datos de incidencia por segunda semana consecutiva
MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Rusia ha superado este lunes el umbral de los 9,1 millones de casos de coronavirus tras notificar cerca de 38.500 durante el último día, una jornada en la que las autoridades han confirmado además más de 1.200 muertos, según los datos del centro operativo nacional para la lucha contra el coronavirus.
El organismo ha detallado que durante las últimas 24 horas se han registrado 38.420 contagios y 1.211 decesos --cifra cercana al máximo en el marco de la pandemia--, con lo que los totales ascienden a 9.109.904 y 256.597, respectivamente.
La capital, Moscú, figura un día más como la ciudad con mayores cifras, con 3.789 casos y 93 decesos, mientras que San Petersburgo ha registrado 2.968 contagios y 77 fallecidos. Por su parte, la provincia de Moscú ha confirmado 2.666 positivos y 62 finados.
Asimismo, el centro operativo ha resaltado que 27.972 personas han recibido el alta médica durante el último día, por lo que esta cifra eleva a 7.812.557 el total de recuperados de la COVID-19, según ha recogido la agencia rusa de noticias Sputnik.
Ante el aumento de la incidencia, el Gobierno ruso anunció este viernes la introducción ante el Parlamento de dos proyectos de ley para imponer pases de salud obligatorios para acceder a restaurantes y transporte público.
Por su parte, el alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, ha hecho hincapié este mismo lunes en que el número de nuevos casos en la ciudad se ha rebajado un 23 por ciento durante la última semana, periodo en el que el número de hospitalizaciones ha caído un 19 por ciento.
"Al resumir los resultados de la semana pasada, vemos que la incidencia continúa disminuyendo", ha señalado, antes de hacer hincapié en que "es la segunda semana que disminuyen las cifras de contagios y hospitalizaciones".
En este sentido, ha dado las gracias a las personas que apoyaron la decisión de las autoridades de imponer cerca de diez días de vacaciones pagadas entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre para contener los contagios, así como a los que se han vacunado y a los que cumplen las restricciones.
"Todo esto tiene un efecto positivo", ha sostenido. El ministro de Sanidad ruso, Mijail Murashko, afirmó el 9 de noviembre que la semana de vacaciones pagadas decretada a nivel nacional había permitido reducir la tasa de transmisión del virus.