BRUSELAS, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea sopesa estrenar el régimen de sanciones por violaciones de los Derechos Humanos para responder a la crisis con Rusia, aunque no se esperan decisiones en firme en la reunión de ministros de Exteriores del próximo lunes y el asunto quedará, probablemente, en manos de los líderes de la UE en marzo.
Frente a la detención y encarcelamiento del opositor Alexei Navalni y la persecución de manifestantes prodemocráticos en Rusia, la UE podría recurrir a este novedoso régimen de sanciones, según han informado fuentes comunitarias, que sin embargo enfrían la posibilidad de que las medidas punitivas se vayan a adoptar ya en la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores del lunes.
Los ministros de Exteriores del bloque tendrán sobre la mesa la situación en Rusia y la crisis en Birmania, tras el golpe de estado militar del pasado 1 de febrero, si bien se prevé solo un debate entre socios europeos en el que, como mucho, se emita una señal política favorable a las sanciones contra Moscú. Todo esto si el Alto Representante, Josep Borrell, concita la unanimidad entre los Veintisiete.
En todo caso, el debate sobre cómo encaminar la relación con Rusia será objeto de debate en la cumbre de líderes de la UE de marzo.
Antes los jefes de Estado y de Gobiernos mantendrán un encuentro por videoconferencia, el día 25 y 26 de febrero, pero no está confirmado que Rusia vaya a estar oficialmente en la agenda.
Tras su polémico viaje a Moscú, en el que Rusia y la UE evidenciaron su alejamiento, Borrell disipó las criticas afirmando que tomaría la iniciativa y pondría sobre la mesa una propuesta para responder a las acciones del Kremlin.
Por el momento no está claro que el Servicio de Acción Exterior que dirige haya movido ficha y planteado una propuesta formal, es decir, una serie de medidas concretas y una lista de nombres que sean objeto de sanciones.
A nadie se le escapa que la relación con Rusia divide a los países de la UE. Así las cosas, Borrell deberá unificar una posición europea entre quienes apuestan por una respuesta firme, el caso principalmente de los bálticos y los países del este, y quienes creen que las sanciones no han funcionado hasta ahora, Francia, o plantean un acercamiento más pragmático a Rusia, como Alemania.