Actualizado 14/05/2015 13:48

El sacerdote Juan Carlos Molina renuncia a su cargo en la secretaría antidrogas argentina

JUAN CARLOS MOLINA
Foto: CREATIVE COMMONS

BUENOS AIRES, 14 May. (Notimérica) -

   El sacerdote Juan Carlos Molina, que dirigía desde el 4 de diciembre de 2013 la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), ha renunciado a su cargo este jueves "por motivos personales", según ha afirmado el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández.

   "Agradécense al funcionario renunciante los servicios prestados en el referido cargo", según aparece en el Boletín Oficial argentino, en el artículo segundo del decreto 818/2015, firmado por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner , el jefe de gabinete y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

   En su comparecencia ante la prensa de cada mañana, el jefe de Gabinete argentino se ha referido este jueves a la renuncia: "Estuvo conmigo ayer por la mañana, me hizo conocer la situación personal, que creía que había cumplido su objetivo, y que por motivos personales se apartaba".

   "Me dejó la renuncia y por la tarde cuando vino la presidenta, decidió aceptarla, y es lo que han leído en el Boletín Oficial", ha añadido Fernández, asegurando que darán a conocer el nombre de  sucesor "a la brevedad".

UNA TRAYECTORIA POLÉMICA

   Molina comenzó su carrera ministerial en la provincia de Santa Cruz, donde comenzó su amistad con la familia Kirchner. Más tarde creó la Fundación Valdocco, una organización sin ánimo de lucro para ayudar a los más necesitados, que luego se extendió a Chaco e incluso Haití.

   El 29 de noviembre de 2013, el entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, anunció la designación de Molina, a quien describió como "una persona de amplia vocación de servicio, de experiencia y ha estado siempre al servicio de los pobres y humildes de nuestra tierra".

   Una de sus mayores polémicas fue su defensa de la "no criminalización" del consumo de drogas, por la que se ganó numerosas críticas. "Me dicen cura drogón, pero me hacen reír", bromeó el pasado noviembre.

   Además, Molina es amigo del papa Francisco, con quien se reunió por última vez en noviembre pasado, junto con 19 adictos recuperados invitados por el pontífice: "La postura del Papa es no perseguir a los chicos, no criminalizarlos y tener cuidado cuando hablamos de legalización, que no hace bien", afirmó entonces.