Publicado 13/11/2019 14:23

Sahel.- La espiral de violencia en el Sahel deja 1.500 civiles muertos este año en Burkina Faso y Malí

MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

La espiral de violencia que viven los países del Sahel, en particular Burkina Faso y Malí, donde los ataques por parte de grupos terroristas han ido en aumento, ha dejado ya 1.500 civiles muertos en estos dos países en lo que va de año, según el último informe de situación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

"La situación de seguridad ha seguido deteriorándose en el Sahel, con ataques por parte de grupos terroristas contra civiles y fuerzas de seguridad y una persistente violencia de tipo comunitario", ha lamentado Guterres.

En Burkina Faso, los ataques terroristas han aumentado, especialmente en el norte, mientras que en el caso de Malí "la situación de seguridad sigue siendo compleja" y ha habido un aumento de la violencia ha aumentado especialmente el en centro.

Como resultado, según el secretario general, más de 1.500 civiles han muerto en estos dos países. Además, más de un millón de personas se han visto desplazadas en estos países, así como en los otros tres que componen el G-5 Sahel --Níger, Chad y Mauritania--, lo que duplica la cifra con respecto a 2018.

Guterres ha subrayado que el deterioro de la seguridad "ha provocado resentimiento entre algunos sectores de la población por la incapacidad de las fuerzas de seguridad para garantizar la seguridad y la protección, lo que ha provocado manifestaciones tanto en Burkina Faso como en Malí", donde el mes pasado manifestantes saquearon los depósitos de la Misión de la ONU (MINUSMA).

Además, ha instado a las autoridades de Burkina Faso que "investiguen las graves acusaciones de ejecuciones extrajudiciales" por parte de las fuerzas de seguridad y a las de Malí que "concluyan la investigación sobre los incidentes en los que se ha visto implicado su contingente" en la fuerza conjunta del G-5.

El secretario general ha sostenido que "la responsabilidad para combatir el terrorismo no puede ser externalizada a los países del G-5 Sahel, la región o el continente".

"El terrorismo es un asunto global y toda la comunidad internacional tiene una responsabilidad para contribuir al esfuerzo colectivo de combatir la la violencia extremista en el Sahel, junto con otros retos transfronterizos, incluido el tráfico de personas, de bienes ilícitos, armas y drogas, y la migración y el desplazamiento", ha subrayado.