Publicado 26/03/2019 18:21

Santos, ante las maniobras de Duque para cambiar el acuerdo de paz: "Si es una imposición, no tiene futuro"

Colombia.- Santos, ante las maniobras de Duque para cambiar el acuerdo de paz: "
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   Cree que aún hay "una oportunidad real de tener una paz completa" con el ELN y urge al Gobierno a "aprovecharla"

   MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos se ha mostrado convencido de que el proceso de paz con las FARC que impulsó su Gobierno es "irreversible", aunque ha admitido que hay ciertas interferencias provocadas por la "polarización" política que podrían llevar a la modificación de los acuerdos firmados en 2016, ante lo cual ha advertido a su sucesor en el cargo, Iván Duque, de que "si es una imposición, no tiene futuro".

   Duque, que dio el relevo a Santos en la Casa de Nariño el 7 de agosto, es un crítico declarado del proceso de paz. En campaña electoral prometió modificar el acuerdo de paz en aspectos esenciales como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) o la participación política de los ex guerrilleros de las FARC.

   El pasado 10 de marzo, el presidente colombiano presentó seis objeciones a la ley estatutaria de la JEP, clave para el funcionamiento de la justicia transicional creada por el acuerdo de paz, una de las cuales podría revocar la amnistía para quienes cometieron crímenes menores. Ahora deben pasar el filtro del Congreso y de la Corte Constitucional.

   "Yo no sé por qué se presentaron estas objeciones", ha dicho Santos en una entrevista concedida este martes a Europa Press en Casa América, con motivo de la presentación de 'La batalla por la paz', el libro que ha escrito sobre el proceso de paz con las FARC, publicado por Ediciones Península.

   "No le encontré ninguna utilidad práctica y, en cambio, sí muchos inconvenientes políticos para el Gobierno", ha remachado. Así, ha explicado que, incluso si superaran el filtro del Congreso, "la Corte (Constitucional) sin duda alguna las tumbaría porque las que contradicen los acuerdos serían contrarias a la Constitución".

   Santos ha aclarado que no está en contra de modificar los textos de La Habana --"¿Quién se va a oponer a que se mejoren los acuerdos?"--, siempre que sea de común acuerdo, es decir, teniendo en cuenta tanto las voces del Estado como a las FARC. "Todo es susceptible de mejorar (...) porque ninguna paz es perfecta", ha argumentado.

   No obstante, ha advertido de que, por contra, "si es una imposición que cambia los acuerdos, no tiene futuro, porque no pasaría en el Congreso y mucho menos en la Corte Constitucional". Por ello, ha confiado en que "el Gobierno de Duque cumpla lo que el mismo presidente le ha dicho a la comunidad internacional, que va a implementar el acuerdo de paz".

   Santos ha denunciado las "contradicciones" entre "lo que dice el presidente y los hechos" y ha expresado su temor a que sea "una propuesta para poner un palo en la rueda", porque "eso significaría que están nuevamente usando la política para jugar dentro de los acuerdos de paz", por ejemplo, "para aprovechar eso en las elecciones que vienen".

   En consecuencia, ha considerado normal que las FARC, que han acusado al Estado de traicionar los acuerdos de paz, estén preocupadas. "Yo he estado en contacto con varios de ellos, me expresan sus temores y yo les expreso mis opiniones. Pero todo dentro de un ambiente privado, porque estoy retirado de la política", ha revelado.

   En cambio, ha sido muy crítico con el que fuera el jefe negociador de las FARC en el diálogo de paz, 'Iván Márquez', en paradero desconocido desde el pasado verano, lo que ha avivado los rumores sobre una posible deserción. En opinión de Santos, "es un error porque tiene todas las garantías para someterse a la justicia transicional".

LAS VÍCTIMAS, EL MEJOR APOYO

   Sobre los cuatro años de negociaciones en La Habana y el mes extra que se necesitó tras el triunfo del 'no' en el referéndum sobre los acuerdos de paz para enmendarlos y que fueran ratificados por el Congreso, Santos ha contado que "no hubo ningún momento fácil".

   Entre los peores, ha mencionado el arranque, las decisiones tomadas para "generar confianza" y "los hechos que podían minar esa confianza", como la operación militar que acabó con la muerte del máximo jefe de las FARC, 'Alfonso Cano', cuando los contactos entre Ejecutivo y guerrilla para explorar un eventual diálogo de paz aún eran secretos.

   También ha señalado como uno de los mayores obstáculos "la política mediática de despreciar los acuerdos a punta de mentiras". "Subestimamos a muchos", ha reconocido, "porque creímos que eran unas mentiras tan exageradas que nadie las iba a creer y estábamos equivocados. Mucha gente las creyó".

   Otra sorpresa negativa fue que los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, que en su momento "quisieron hacer la paz con las FARC (...) por todos los medios", rechazaran el nuevo diálogo. "Uno no entiende a estas alturas que hayan tomado una posición tan beligerante, a menos que sea simplemente por razones políticas, y el hecho de que ellos no pudieron" conseguirlo, ha deslizado.

   En el lado contrario, encontró un apoyo inusitado de las víctimas. "Yo pensé que por haber sufrido en carne propia las consecuencias de una guerra iban a estar en contra de la justicia transicional", ha confesado. Pero "fueron las más generosas". "Y eso fue para mí una lección de vida", ha aseverado.

   También se vio arropado por la comunidad internacional. Santos ha destacado que "España fue una aliada desde el primer día", valorando el firme respaldo del ex presidente Felipe González, "mucho antes" del proceso de paz, así como de los Reyes --"los dos"-- y del PP y el PSOE, que "estuvieron pendientes".

LA "PAZ COMPLETA"

   Lo único que le quedó inconcluso a Santos en esta materia fue la "paz completa" a la que aspiraba cuando, tres meses después de firmar con las FARC, en febrero de 2017, inició un diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla de Colombia.

   Santos ha contado que el horizonte electoral de 2018 frustró un proceso incipiente. El ELN prefirió seguir hablando con el Gobierno entrante, en lugar de con el Gobierno saliente, lo cual "suena lógico". El problema es que cuando Duque llegó a la Casa de Nariño "decidió cortar las negociaciones".

   "Eso fue una pena", ha declarado, haciendo votos por que "más temprano que tarde se haga una recapacitación" porque "es mejor tener al ELN haciendo política que haciendo terrorismo". "Hay una oportunidad real de tener una paz completa y sería una lástima que no se aprovechara", ha sostenido.

   La reconciliación nacional también sigue pendiente. "¿Cuánto se demora uno en sanar una herida que en muchos casos es muy profunda?", ha planteado. Además, la "polarización", las "manipulaciones" y las disputas entre líderes políticos solo contribuyen a "poner sal en las heridas", ha reprochado.

   En su caso, ha asegurado que está dispuesto a una reconciliación personal con Uribe y Pastrana. "Nunca he sido una persona que se deje dominar por los odios y por la sed de venganza (...) Si algún día ellos o el ex presidente Uribe reflexiona yo no tendría ningún problema en reconciliarme con él", ha afirmado.

   Santos ha recalcado que todavía queda mucho camino por recorrer. Hasta entonces, ha animado al Estado a "confrontar con toda su capacidad" las consecuencias no deseadas del proceso de paz, como el fortalecimiento de las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y la ola de asesinatos de líderes sociales.

   Pese a las dificultades coyunturales, ha defendido que los acuerdos de paz son "irreversibles", descartando una eventual vuelta del Ejecutivo y la extinta guerrilla a la mesa de negociaciones . "Las FARC dicen, y con toda la razón, que aquí hay unos acuerdos firmados y hay que cumplirlos", ha zanjado.