Publicado 20/10/2021 07:55

Siria.- HRW denuncia que los refugiados sirios que regresan de Líbano y Jordania sufren "graves abusos de DDHH"

12 October 2021, Syria, Idlib: A woman prepares food for her children in a tent at the Armanaz camp, northwest Syria. The displaced towards northwest Syria and those residing in random camps are preparing for the winter, in conjunction with the high pri
12 October 2021, Syria, Idlib: A woman prepares food for her children in a tent at the Armanaz camp, northwest Syria. The displaced towards northwest Syria and those residing in random camps are preparing for the winter, in conjunction with the high pri - Omar Albam/SOPA Images via ZUMA / DPA

MADRID, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

La organización Human Rights Watchs (HRW) ha denunciado que los refugiados sirios que han regresado a su país desde 2017 procedentes de Líbano y Jordania han sufrido "graves abusos de Derechos Humanos" por parte del propio Gobierno sirio y de milicias.

HRW ha publicado un informe bajo el título 'Nuestras vidas son como la muerte: Refugiados sitios regresan de Líbano y Jordania' en el que ha apuntado que Siria "no es segura" para los refugiados que regresan, quienes también tienen que luchar por satisfacer sus necesidades básicas.

La organización se ha entrevistado con 65 repatriados o familiares de estos, de los cuales 21 ha denunciado haber sido arrestado, 13 han sufrido torturas, tres han sido secuestrados, cinco ejecuciones extrajudiciales, 17 desapariciones forzadas y un caso de presunta violencia sexual.

"Los desgarradores relatos de tortura, desaparición forzada y abusos que sufrieron los refugiados que regresaron a Siria deberían dejar en claro que Siria no es segura para el regreso", ha aseverado la investigadora de derechos de refugiados y migrantes Nadia Hardman, quien ha añadido que "las violaciones generalizadas de los derechos de propiedad y otras dificultades económicas también hacen que un retorno sostenible sea imposible para muchos".

Además, HRW ha explicado que, pese a que hay zonas de Siria donde no se han registrado hostilidades, la idea de que no es un lugar seguro se fundamenta con los apuntes de otras organizaciones en defensa de los Derechos Humanos, periodistas locales y la propia Comisión de Investigación de Naciones Unidas en el país, pues todos han documentado este tipo de agresiones.

De esta forma, la organización se ha hecho eco de la decisión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de no facilitar retornos masivos al país de Oriente Próximo ante la ausencia de condiciones clave de protección.

Es por esto que HRW ha criticado a aquellas naciones que, a pesar de estas informaciones, sigue promoviendo los retornos, como es el caso de Dinamarca, que "ha sentado un precedente peligroso" al eliminar la condiciones de 'protección temporal' de las personas de Damasco.

En la misma línea, Líbano ha continuado con su agenda "agresiva" de retornos con decisiones diseñadas para "dificultar la vida de los refugiados sirios y presionarlos para que se vayan", obligándoles a desmantelar sus refugios, imponiendo toques de queda o desalojandoles de algunos municipios.

Igualmente, los refugiados que vuelven desde Jordania ha denunciado que los guardias fronterizos dijeron que no les dejarían volver a cruzar, aunque bien es cierto que no se impone una prohibición formal de reingreso y desde las autoridades se han otorgado algunas oportunidades laborales a los sirios.

Jordania y Líbano al principio dieron la bienvenida a los ciudadanos sirios que huían del país a causa del conflicto, pero según estos han ido aumentando, desde Beirut se han ido adoptando medidas más coercitivas y abusivas contra los refugiados.

Por todos estos motivos, desde Human Rights Watch han instado a los gobiernos de la comunidad internacional a que empleen su influencia contra las deportaciones sumarias y los retornos forzosos, a la par que financian los programas de asistencia humanitaria.

Por su parte, Líbano y Jordania deberían "levantar todas las restricciones sobre el reingreso de los refugiados sirios a sus países".

"Ningún país debería obligar a los refugiados a regresar a Siria, mientras el Gobierno sirio cometa abusos generalizados contra los Derechos Humanos (...) Una década después, los refugiados que regresan todavía corren el riesgo de ser perseguidos por el mismo gobierno del que huyeron", ha zanjado Hardman.