MADRID 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
La comisión de la ONU que investiga la situación en Siria han concluido que las fuerzas vinculadas al nuevo Gobierno y otros grupos afines pudieron haber cometido crímenes de guerra por la violencia "sistemática" ejercida a principios de año contra la comunidad alauí, a la que pertenece el depuesto presidente Bashar al Assad.
Los investigadores han publicado este jueves un nuevo informe en el que dan cuenta de casos de asesinatos, torturas, saqueos e incendios entre enero y marzo, en algunos casos para grabar y difundir las imágenes con el objetivo de terminar de humillar a las vícvtimas.
La comisión ha detectado patrones que se repiten y que empezaban en algunos de los casos por identificar a los hombres que pudiesen formar parte de la minoría alauí para, una vez separados de mujeres y niños, asesinarlos a sangre fría. Sus cuerpos quedaban durante días a la intemperie o eran enterrados en fosas comunes.
El grupo, independiente aunque vinculado a Naciones Unidas, sigue recibiendo información que hace temer que sigan produciéndose secustros, detenciones arbitrarias y desapariciones forzosas en las áreas afectadas por la violencia sectaria, desde donde ha surgido un "clima de miedo e inseguridad" que se extiende a todo el país.
En este sentido, y aunque ha constatado en su informe que la administración interina de Siria ha respondido de manera "constructiva" a las recomendaciones planteadas en anteriores investigaciones, ha subrayado la "urgencia" de adoptar medidas en vista de que siguen registrándose focos de violencias como las de Sueida, donde sólo en julio habrían fallecido 1.500 personas.
"La magnitud y la brutalidad de la violencia es muy preocupante", ha señalado el jefe de esta comisión, Paulo Sérgio Pinheiro, que ha instado a las actuales autoridades a garantizar la rendición de cuentas y a favorecer el procesamiento de todos los responsables de abusos, "sin importar su afiliación o cargo", ya que entiende que las decenas de detenciones realizadas durante estos últimos meses aún son insuficientes.
Así, los expertos reclaman el cese inmediato de cualquier persona sospechosa y controles más estrictos para que ningún responsable de abusos pueda entrar en el futuro a integrar las fuerzas de seguridad del nuevo Gobierno, que ascendió al poder con la promesa de atajar la violencia sectaria y pasar página de las épocas más oscuras del régimen de Al Assad.