MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los restos mortales del fallecido expresidente de Sudáfrica Frederick de Klerk serán cremados este domingo en Ciudad del Cabo tras un funeral privado, fuera de la luz pública, y entre fuertes medidas de seguridad ante la polarización social que causaba la figura del mandatario.
De Klerk, fallecido hace diez días a los 85 años de edad, fue percibido como una figura clave en el final del régimen segregacionista del Apartheid y, al mismo tiempo, como una pieza fundamental de su desarrollo en años previos.
Consciente de esta valoración, De Klerk protagonizó un vídeo emitido postmortem en el que reconoció que, durante años apoyó este sistema y reiteró sus disculpas "sin ambages" por "el dolor, la indignidad y los daños" causados.
El final de la vida política de De Klerk, no obstante, estuvo marcada por su protagonismo en una transición que le llevó a compartir en 1993 el premio Nobel de la Paz con Nelson Mandela, al tomar la decisión de liberar al activista de prisión trabajar juntos para poner fin a la era de la segregación.
"Me di cuenta de que habíamos llegado a un lugar que era injustificable desde el punto de vista moral", afirma De Klerk. "No sólo reconocimos los errores del Apartheid, sino que tomamos medidas de largo alcance para garantizar negociaciones y un nuevo modelo que pudiera traer justicia para todos", dijo, antes de mostrarse "orgulloso de la Constitución" aprobada en 1996.
Este domingo, los agentes de Policía sudafricanos han mantenido, según News24, "una fuerte presencia" ante el domicilio familiar en Fresnaye, aunque no se tiene constancia de incidentes.