Actualizado 10/05/2017 21:26

Temer asegura que la economía de Brasil empieza a "respirar"

Temer
PRESIDENCIA DE BRASIL

   BRASILIA, 10 May. (Reuters/Notimérica) -

   La economía brasileña está comenzando a "respirar" después de dos años de recesión y la desaceleración de la inflación permitirá que las tasas de interés bajen más rápidamente, señaló este miércoles el presidente de Brasil, Michel Temer, al promulgar nuevas leyes para atraer inversiones portuarias.

   "La economía está empezando a mostrar señales de crecimiento, en el sector minorista y en los agronegocios", indicó Temer, quien agregó que los sondeos muestran que los ciudadanos son más optimistas ahora sobre el futuro de Brasil.

   Temer firmó un decreto que extenderá a 35 años los contratos de operación de los puertos públicos, desde 25 años, y permitirá que se prolonguen hasta los 70 años.

   Los cambios apuntan a mejorar la infraestructura, un aspecto clave para el sector agrícola de la mayor economía de Latinoamérica, y ampliar su capacidad de exportación de materias primas como el azúcar, el café y la soja.

   Los agricultores de Brasil producen alimentos a algunos de los precios más bajos del mundo, pero su competitividad está en jaque por los elevados costes de transporte y embarque desde puertos ineficientes y colapsados.

   Del mismo modo, el Gobierno espera que las nuevas regulaciones atraigan 25.000 millones de reales (8.000 millones de dólares) en inversión privada a terminales portuarias, dijo el ministro de Transporte, Maurício Quintella. La normativa puesta en marcha facilita varios aspectos de la inversión a las empresas.

   La inflación anual de Brasil cayó el pasado mes de abril a su menor nivel en casi una década, impulsando la perspectiva de que el Banco Central recorte más las tasas de interés a fin de mes.

   El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, expresó que el crecimiento económico potencial del país se ubica cerca del 2,3 por ciento y agregó que ve indicios de que la recuperación está tomando impulso. Antes de su peor recesión histórica, Brasil solía crecer más de un cuatro por ciento anual.