Actualizado 31/03/2017 15:15

Temer propone aumentar la edad de jubilación a los 65 años en la nueva reforma de las pensiones

   BRASILIA, 6 Dic. (Reuters/Notimérica) -

   El presidente de Brasil, Michel Temer, apeló este lunes a los líderes políticos para respaldar su impopular propuesta para reformar el costoso sistema de pensiones del país, que obligaría a los brasileño a trabajar más años antes de recibir los beneficios completos de la jubilación.

   El plan, que busca restablecer la disciplina fiscal en un esfuerzo por recuperar la confianza de los inversores, fijaría la edad mínima del retiro a los 65 años en un país donde las personas trabajan en promedio hasta los 54 años antes de jubilarse.

   Temer dijo que esto es necesario para asegurarse de que el sistema no colapse debido a la falta de fondos y que sería sostenible económicamente para las futuras generaciones.

"Urgentemente necesitamos hacer cambios para preservar el sistema de pensiones (...) Tenemos que poner de nuevo la fecha de retiro y eso sólo se puede hacer estableciendo una edad mínima", dijo el mandatario en una reunión con líderes del Congreso.

   El controvertido plan de reforma a las pensiones está en el centro de las políticas de austeridad que buscan apuntalar a la economía, que atraviesa por su peor recesión en los registros.

   Asimismo, se espera que la propuesta también reduzca los beneficios de pensiones por muerte y aumente las cotizaciones para la seguridad social de los empleados públicos.

   Sin embargo, el Gobierno no eliminará una exención de los impuestos sobre las exportaciones de materias primas agrícolas, el cual podría subir la recaudación fiscal en más de 5.000 millones de reales (1.450 millones de dólares) al año, según comunicó este lunes un funcionario de alto rango, negando versiones de prensa de que se terminaría con el recorte de impuestos para aumentar los ingresos.

   La reforma al sistema de pensiones, que Temer había prometido desde mayo, cuando asumió la presidencia interina del país iberoamericano, se enfrenta a la oposición de los principales sindicatos de Brasil, que amenazan con realizar manifestaciones para bloquearla.

   Pese a esto, el Gobierno aseguró que enviará el proyecto de reforma este martes al Congreso, donde se espera que enfrente un acalorado debate que podría durar varios meses.

   Los gastos de la seguridad social componen cerca de un 40 por ciento del gasto primario del Gobierno, y se le considera la mayor amenaza a las finanzas del país en el futuro.

   Para 2017, se proyecta que los gastos en seguridad social asciendan a un 2,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), desde el 0,3 por ciento de 2007, según estimaciones oficiales.

   Muchos estados, incluyendo a Río de Janeiro, postergaron los pagos de pensiones en medio de una gigantesca crisis fiscal que amenaza con demorar aun más la recuperación de la economía brasileña.