Publicado 27/11/2019 22:41

Tíbet.- Líderes tibetanos recalca que el Dalai Lama es el único con autoridad para decidir cómo elegir a su sucesor

MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

Líderes religiosos y políticos de la comunidad tibetana en el exilio han recalcado que el Dalai Lama es el único con autoridad para decidir cómo será elegido su sucesor y han afirmado que no aceptarán la designación si llega desde China.

"La autoridad sobre la decisión relativa a la forma y manera en la que la próxima reencarnación del XIV Dalai Lama debe aparecer recae únicamente en su Santidad el XIV Dalai Lama en persona", han indicado, según un comunicado de la Administración Central de Tíbet.

"Ningún gobierno tiene esa autoridad. Si el Gobierno de China, para fines políticos, elige a un candidato a Dala Lama, el pueblo tibetano no reconocerá ni respetará a ese candidato", han agregado.

Así, han subrayado que "el lazo kármico entre los Dalai Lama y el pueblo tibetano han sido inseparables" y han agregado que "ante la situación extremadamente crítica del pueblo tibetano, los tibetanos desean verdaderamente la continuación de la institución".

Por último, han indicado que "el método del reconocimiento de las reencarnaciones futuras del Dalai Lama" se mantendrá como ha sido durante los últimos 800 años.

La elección del sucesor del Dalai Lama, de 84 años, ha sido un asunto de disputa entre las autoridades de China y los tibetanos en el exilio. La reencarnación es identificada a través de un método fundamentado en diversos signos, en un complicado ritual.

De esta forma, contempla la búsqueda de niños nacidos en torno a la fecha de la muerte del Dalai Lama, a los que se les muestran pertenencias personales del fallecido y se analiza su reacción, según instrucciones o dibujos dejados por el propio Dalai Lama.

El propio líder espiritual tibetano sugirió en mayo la posibilidad de que cuando muera su reencarnación surgirá en India, donde lleva viviendo en el exilio 60 años, y alertó de las motivaciones políticas que se esconden detrás de las maniobras de China para tratar de designar a su sucesor.

"En el futuro, es posible que veas dos Dalai Lama, uno de aquí, en un país libre, y otro elegido por China al que nadie reconocerá ni respetará. Esto será un problema adicional para China. ¡Es posible, puede ocurrir!", añadió.

El Dalai Lama partió al exilio en marzo de 1959 tras un levantamiento contra China en el que los tibetanos reclamaban una mayor autonomía, una revuelta que fue reprimida duramente por Pekín, que cataloga al líder religioso como un peligroso separatista.