ESTAMBUL, 24 Ene. (DPA/EP) -
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, recibe este viernes a la canciller de Alemania, Angela Merkel, en lo que el Gobierno alemán ha descrito como un encuentro concebido para revisar "de manera pormenorizada" las múltiples tensiones bilaterales.
En la reunión hay varios temas sobre la mesa, desde los conflictos abiertos en Libia y Siria hasta la parálisis de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea, pasando por la situación de los más de 2,5 millones de ciudadanos turcos o de ascendencia turca residentes en el país germano.
La cuestión de los refugiados también dominará parte de la conversación entre ambos líderes. Merkel ha dejado claro que cualquier retorno voluntario de personas a sus países de origen deberá estar supervisado por Naciones Unidas, mientras que Erdogan, cuyo país actúa de "estado tapón" frente a las olas migratorias, en especial las provocadas por el conflicto sirio, amenaza con abrir las puertas del país si la Unión Europea no aporta la financiación necesaria.
También se hablará de los tibios resultados de la conferencia de paz de Berlín, celebrada el pasado fin de semana, donde se discutió entre otros asuntos el impacto de la intervención extranjera a favor de las partes en conflicto, aspecto que atañe a Turquía, que ha comprometido ayuda militar a favor del Gobierno de Trípoli, reconocido por la comunidad internacional frente a las autoridades opositoras del este de Libia.
Alemania apuesta en su lugar por el cese inmediato de esta clase de apoyo y la ratificación del embargo de armas al país declarado por Naciones Unidas.
Es de esperar que ambos líderes discutan la situación de los 59 alemanes que actualmente se encuentran bajo custodia en Turquía, parte de los 74 compatriotas atrapados en el país a causa de las restricciones de viaje impuestas por el Gobierno turco.
Por último quedarán las conversaciones de adhesión de Turquía a la UE, algo que Ankara ha intentado conseguir durante años sin éxito. Las negociaciones, que comenzaron en 2005, se deterioraron en 2016 tras la purga ordenada por Erdogan contra decenas de miles de presuntos colaboradores de los responsables del fallido golpe de Estado en el país. Turquía ha defendido la legalidad de sus acciones y acusado a la Unión Europea de faltar a sus compromisos en la negociación.