Avramopoulos alerta sobre los riesgos de los controles dentro de la UE pero se resiste a tomar medidas contra los países que los mantienen
BRUSELAS, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha pedido este martes la incorporación de Croacia en el espacio sin fronteras Schengen, al constatar tras varios años de evaluación que cumple con todos los criterios de seguridad, cooperación y gestión de fronteras que se exigen para ser parte del club.
"Schengen es uno de los logros más importantes y tangibles de la integración europea, pero su fuerza depende en gran medida de su carácter integrador. Por eso, ahora que Croacia cumple con las medidas necesarias debemos reconocérselo", ha dicho el comisario de Interior e Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
En una rueda de prensa en Estrasburgo (Francia) tras la reunión del Colegio de Comisarios, Avramopoulos ha recalcado que la recomendación de Bruselas es el resultado de cuatro años de evaluación que recoge los "esfuerzos continuos" del más reciente Estado miembro de la UE.
Con todo, la decisión definitiva corresponde a sus socios, ya que es el Consejo quien debe dar su visto bueno por unanimidad a la entrada de Croacia al espacio Schengen para que ésta se produzca.
Entretanto, ha advertido el comisario, el país tendrá que mantener los esfuerzos en el tiempo para garantizar que sigue cumpliendo con los estándares que se exige a los países que integran Schengen.
Avramopoulos ha confirmado que han llegado a Bruselas las reservas de Eslovenia con respecto a la entrada de Croacia en el sistema Schengen, pero el comisario ha dicho que, si bien entiende las preocupaciones, la evaluación de la Comisión es "clara" y "se basa en un largo y objetivo proceso de supervisión".
"Los criterios técnicos para Schengen son los mismos para todos los países, ahora le toca al Consejo tomar una decisión", ha zanjado el comisario griego, sobre la candidatura de Croacia, miembro de la Unión Europea desde 2013.
Del espacio Schengen forman parte todos los países de la Unión Europea salvo seis --Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumanía, Bulgaria y Croacia-- e Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, lo que permite a los ciudadanos transitar entre ellos sin necesidad de pasar controles fronterizos.
EL RIESGO DE CONTROLES DENTRO DE SCHENGEN
Desde el inicio de la llamada crisis de refugiados en 2015, sin embargo, varios estados miembro han reintroducido los controles policiales en sus fronteras internas por razones de orden público --Francia, por su nivel de alerta terrorista-- o por la elevada presión migratoria, argumento esgrimido por países como Alemania, Austria o Dinamarca.
Avramopoulos ha confirmado que Austria, Dinamarca, Alemania, Francia, Suecia y Noruega han enviado cartas para pedir un nuevo aplazamiento que les permita continuar con estos controles, limitados en principio a un máximo de dos años, pero que estos estados miembro encadenan desde hace cuatro años.
El comisario ha criticado el riesgo para Schengen que supone la continuidad de esta vigilancia reforzada dentro de las fronteras europeas, pero ha evitado apuntar posibles medidas que Bruselas podría poner en práctica porque, ha dicho, "no estamos para imponer, sino para convencer".
De este modo, Avramopoulos ha eludido responder a por qué no ha lanzado procedimientos de infracción contra los países que mantienen desde hace cuatro años los controles internos y se ha limitado a defender que ha trasladado a las autoridades nacionales que "esto no puede continuar".
Como ya ha hecho en ocasiones anteriores, el comisario griego ha avisado de que, "si Schengen cae, será el final de Europa tal y como la conocemos", y ha apuntado a la necesidad de revertir la tendencia de los países que mantienen los controles, aunque también ha reconocido que, pese a sus reservas con la estrategia de estos gobiernos, "nunca" ha emitido una opinión negativa, pese a ser un poder que le reservan las reglas comunitarias.