BRUSELAS, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -
La comisaria de Transportes, Adina Valean, ha afeado este miércoles a Francia que cortara el paso de mercancías por su frontera con Reino Unido como medida de contención contra la nueva cepa de coronavirus detectada en este país, porque ignora las recomendaciones de Bruselas en la gestión de esta pandemia y porque supone interrumpir de nuevo la cadena de suministros.
"Lamento que Francia fuera en contra de nuestras recomendaciones y nos llevara de vuelta a la situación que vivimos en marzo, cuando la cadena de suministro se vio interrumpida", ha criticado la comisaria a través de su perfil en Twitter.
Valean ha publicado una serie de comentarios en esta red social para llamar la atención sobre la difícil situación de "cerca de 10.000 camioneros que tratan de regresar a la Unión Europea" y de los miles que se encuentran atrapados en la zona de Dover.
La política rumana ha asegurado que Bruselas ha trabajado "duro" para tratar de resolver en los últimos días una "crisis entre dos países europeos" y ha celebrado que el paso de los transportistas por el Canal de la Mancha empiece a reanudarse "lentamente".
También ha tenido palabras de elogio para las autoridades británicas por empezar a realizar test diagnósticos de coronavirus entre los conductores de camiones bloqueados en su territorio, con una capacidad de 300 pruebas cada hora.
"Espero que los Estados miembro respondan rápidamente a nuestra petición de flexibilizar las reglas de conducción y tiempos de descanso y, especialmente, de no aplicar prohibiciones de conducción durante las vacaciones, para permitir que los conductores vuelvan con sus familias en Navidad", ha apuntado la comisaria.
Esta semana, el Ejecutivo comunitario presentó también unas recomendaciones a los Veintisiete llamando a una mayor y mejor coordinación en la respuesta a la nueva cepa detectada en Reino Unido, al tiempo que pedía que se reanudara el tráfico de viajes esenciales y de mercancías.
Bruselas asegura que es consciente de la necesidad de tomar medidas rápidas ante una nueva cepa y apoya las medidas dirigidas a desincentivar viajes innecesarios, pero insiste en que los Estados miembro deben evitar prohibiciones "generalizadas" sobre el tráfico aéreo o de ferrocarril.