LONDRES, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, examina distintas alternativas para poner freno a la competencia desleal que para las empresas de la Unión Europea (UE) pueden suponer las firmas estatales extranjeras, con particular atención a la creciente inversión de China en el Viejo Continente.
En una entrevista con 'Financial Times', recogida por Europa Press, la danesa admite que algunas de estas empresas de fuera de la UE se beneficiaron del respaldo de sus respectivos gobiernos para llevar a cabo la adquisición de compañías rivales europeas, por lo que la Comisión estaba buscando posibles respuestas, incluyendo las propuestas desde Países Bajos para dotar de amplios poderes a Bruselas.
"Detectamos que había una brecha, por ejemplo, cuando una empresa estatal compra una empresa europea y puede pagar cualquier cifra que quiera porque los potenciales rivales deben pujar contra las arcas públicas", apunta Vestager al rotativo británico. "Estamos en proceso de tratar de averiguar qué hacer al respecto", añade.
Sobre esta cuestión, la comisaria danesa ha considerado "muy útil" la propuesta holandesa que aboga por dotar a la Comisión Europea intervenir en casos en los que las empresas estatales distorsionen la competencia.
"Es muy ambiciosa y también está bastante trabajada. Así que creo que es una contribución importante al debate", afirma Vestager, subrayando que no había llegado aún a conclusiones sobre las posibles reformas de las reglas.
La propuesta de Países Bajos plantea dotar a la Comisión de nuevos poderes para investigar la conducta de una empresa si piensa que esta está llevando a cabo un comportamiento "distorsionador" gracias a los subsidios gubernamentales, o si considera que obtiene ganancias excesivas en virtud de una posición dominante en su propio país.
En tales circunstancias, Bruselas podría responder obligando a la empresa no perteneciente a la UE a ser más transparente en su contabilidad, o prohibiendo ciertos comportamientos, como cobrar precios artificialmente bajos en la UE o buscar adquisiciones que no sean realmente rentables.
Los líderes de la UE están exigiendo respuestas a la agresiva expansión en Europa por parte de las empresas chinas con apoyo de Pekín. La inversión china en la UE alcanzó los 37.200 millones de euros en 2016, según cifras del Grupo Rhodium.