Publicado 12/02/2020 13:11

Venezuela.- AMP-PP pide a Sánchez que rectifique por llamar a Guaidó líder de la oposición y dice que presionó a líderes europeos

AMP-PP pide a Sánchez que rectifique por llamar a Guaidó líder de la oposición y
AMP-PP pide a Sánchez que rectifique por llamar a Guaidó líder de la oposición y - Eduardo Parra - Europa Press

Ábalos habla de Guaidó como "presidente encargado" pero avisa contra el "posicionarse solo con una parte del conflicto"

MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha exigido este martes al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, una "rectificación pública" tras llamar a Juan Guaidó "líder de la oposición" y no presidente encargado de Venezuela, "asumiendo el lenguaje del chavismo", del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y "de una torturadora", como se ha referido en todo momento a la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez.

Además, ha acusado a Sánchez de "presionar" a otros líderes europeos para que, igual que hizo él, no recibieran a Juan Guaidó en su gira europea, y a empresarios españoles para que no asistieran a la conferencia que éste ofreció en el Foro de Davos, aunque en ambos casos "fracasó". "Maniobras arteras de un gobierno sin brújula política ni moral", ha resumido.

Así ha comenzado Álvarez de Toledo su interpelación en el Pleno del Congreso al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en relación con su encuentro con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, que ha terminado acusándole de haber perdido la dignidad.

Ábalos, por su parte, ha asegurado que, después de que hace un año Sánchez reconociese a Guaidó como "presidente encargado con el horizonte de que promoviera la convocatoria de elecciones presidenciales", el Gobierno "continúa reconociendo y respaldando al presidente encargado Guaidó".

"¿Lo van a aclarar a lo largo del día?", le ha respondido la diputada 'popular', que se ha preguntado si habrá "una nota de Moncloa".

Álvarez de Toledo ha afeado a Sánchez que "diera la espalda a un demócrata" en su reciente visita a España y ha afirmado que llamar a Guaidó líder de la oposición "debe de ser la última exigencia de la torturadora", a la que, a su juicio, "amparó" el Gobierno de España a pesar de que tiene "prohibida la entrada en la UE y gran parte del mundo libre".

Eso sí, ha añadido que para Sánchez "es un acto de coherencia", porque con Venezuela no es "distinto que con Cataluña: siempre elige como aliados a los delincuentes".

RETIRAR PRIVILEGIOS A ZAPATERO

A su juicio, con Venezuela el Gobierno "ha asumido posiciones de Podemos, un partido deudor del chavismo en todos los sentidos" y de Zapatero, al que ha acusado de "trabajar activamente para una dictadura". De hecho, ha pedido "retirarle" el nombre de "presidente", porque cree que "no merece ni uno solo de los privilegios de un expresidente".

Ábalos ha defendido ante los diputados que contra Delcy Rodríguez no pesa "ninguna orden de detención", ni nacional ni internacional, sino una "restricción" de entrada en territorio europeo y que corresponde a los Estados miembros aplicarla, como les recordó el alto representante de la UE.

También ha subrayado que las sanciones europeas contra Venezuela deben ser "graduales, selectivas, flexibles, y reversibles sin que afecten a la población en general" y "aspirar a la promoción de un proceso creíble y significativo que conduzca a una solucion negociada y pacífica".

El ministro ha admitido haber dado varias versiones de su encuentro con Delcy Rodríguez, pero ha acusado a la oposición de haber difundido además sucesivas "recreaciones" interesadas. Ábalos ha acusado al PP de falta de lealtad "institucional y hasta personal" y ha tirado también de Zapatero, pero para recordar la ocasión en la que defendió a Aznar de las críticas de Hugo Chávez.

La portavoz 'popular' le ha recordado al Gobierno las denuncias de Human Rights Watch, que cifran en 18.000 personas los muertos a manos de las fuerzas de seguridad desde 2016, los 5 millones de exiliados y el informe de Michelle Bachelet. A su modo de ver, con el viraje en la política hacia Venezuela, España renuncia a ser un "interlocutor decisivo" para convertirse en "comparsa de una dictadura agonizante".

AVISA CONTRA "HUMILLAR" AL GOBIERNO DE VENEZUELA

Para el ministro, en cambio, lo que supone "renunciar a la responsabilidad histórica que España tiene con Venezuela" y "poner a los pies de los caballos" a diplomáticos, ciudadanos y empresas es lo que hace el PP: "posicionarse solo de una parte del conflicto" o "hacer bandería de un problema tan complejo" y "menospreciar, insultar y humillar al Gobierno venezolano", aunque no guste, e "instrumentalizar a la oposición".

Para Ábalos, al PP no le importa ni Venezuela ni el papel de España en Iberoamérica, sino "desgastar a este gobierno con el sufrimiento del pueblo venezolano".

Ábalos no ha dado los detalles que le reclamaba Álvarez de Toledo --de qué habló con Rodríguez, si ella exigió que no se recibiera a Guaidó, por qué no la expulsó-- y se ha centrado en defender que él evitó que pisase suelo Schengen y, al mismo tiempo, "salvaguardar las relaciones diplomáticas".

UNA SOLUCIÓN NEGOCIADA REQUIERE TENER EN CUENTA AL GOBIERNO

Su argumento es que España quiere una solución pacífica, política, negociada entre los venezolanos "y que conduzca a la celebracion elecciones presidenciales con plenas garantías democráticas" y para eso habrá que considerar al Gobierno de Maduro.

Con todo, ha insistido en que no hubo "una reunión formal" sobre Venezuela --"no soy nadie para llevar temas de ese calado, ni siquiera lo sigo"--, sino solamente "recordarle con la mayor diplomacia posible las restricciones que impone el Consejo" y asegurarse de que continuaba el viaje "a la mayor celeridad posible".

RELACIÓN "NO DEMASIADO INTENSA" CON PLASENCIA

Y aunque ha admitido que eso podía haberlo hecho un policía, ha argumentando que se trata de un país con el que España tiene relaciones diplomáticas y con el que "hay que despachar y entenderse". Según ha dicho, él supo que Rodríguez viajaba con el ministro de Turismo, Félix Plasencia, "poco tiempo antes" y acudió porque tiene relación con él, aunque ha añadido que esa relación no es "demasiado intensa", sino similar a la que tiene con otros colegas.

"La señora Rodríguez no estuvo en ningún momento en suelo Schengen", ha insistido, precisando que, para eso, tenía que haber pasado en control de pasaportes o una inspección en la sala en la que estuvo, y ninguna de las dos cosas se produjo. De paso, ha recordado que en el aeropuerto de Barajas se producen "inadmisiones" de forma diaria.

Por otro lado, ha recalcado que Rodríguez estuvo "en todo momento acompañada por una patrulla de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado" para garantizar que se cumplía la prohibición de entrada, que "toda la operación estuvo coordinada por el mando policial correspondiente" y que se siguieron en todo momento las instrucciones para aplicar los protocolos vigentes.

"No hay más misterio", ha asegurado, aunque a algunos les parezca excesivo el tiempo que habló con ella. "Dependerá de las aptitudeso o actitudes, a algunos nos cuestan más unas cosas y otros las deben de despachar más rápidamente", ha zanjado.

Álvarez de Toledo le ha hablado también de las situaciones de miseria que se viven en el país y el ministro ha replicado que el problema de la pobreza "lamentablemente es crónico en Latinoamérica" y que en buena parte ha tenido como causa "la política".

Para la diputada, Ábalos estaba hablando "como un burócrata" porque es lo que se hace "cuando la vergüenza desborda". El ministro le ha respondido que los burócratas son "gente modesta y sencilla" mientras ella habla "con un tono de alcurnia y de soberbia que no tiene necesidad de impostar".

Ella le ha recordado que el PSOE fue "el partido del GAL", después de que Ábalos haya insinuado que los 'populares' están a favor de las detenciones extrajudiciales, y el ministro ha contraatacado recordando que la hoy portavoz trabajó en su día con el exministro Ángel Acebes --que será testigo en el juicio de la caja B del PP-- y que el entonces presidente José María Aznar recibió al dictador libio Muamar Gadafi.